Lo reconocemos: estamos entusiasmados con esta boda, que parece sacada tal cual de un cuento de hadas, y a apenas unas horas de que comience el desfile de invitados y podamos por fin descubrir cómo es el vestido de la novia, el secreto mejor guardado del día, cualquier detalle nuevo nos vuelve locos.
Como lo bonita que ha quedado la capilla de St George en el castillo de Windsor. Un trabajo floral que nos ha dejado boquiabiertos. Pero no esperábamos menos.
Como ya os hemos comentado en artículos como este y este otro, de la decoración floral de la capilla se ha encargado Philippa Craddock, una famosa florista del Reino Unido, que confirmó que las decoraciones representarían a los novios de alguna manera, además de seguir tres principios básicos: la producción local, que fueran flores de temporada y la sostenibilidad.
Como también os contamos, sabíamos la variedad de dos de las flores que se han utilizado en estos arreglos que os mostramos: las peonías, la flor favorita de la novia, y las rosas blancas, un claro homenaje a la princesa Diana, una flor que le encantaba. El resultado es espectacular y tremendamente romántico.
También nos ha hechizado la iluminación del lugar, pero especialmente el romanticismo que desprende todo y que nos adelanta que estamos ante una de las bodas que más se va a copiar en los años venideros.
Fotos| Gtres
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