Esta semana el premio a la más estilosa no se lo llevan ni Rachel Bilson, ni Ashley Olsen. Esta semana el puesto más alto del podio lo ocupa una mujer que no nació ayer y que no copa portadas de revistas de moda, ni editoriales realizados por fotógrafos de renombre. No es una de nuestas musas, pero sí una actriz respetable y de porte inusualmente elegante. Ella es, Kristin Scott-Thomas.
El look lucido por la británica en la gala de los Hollywood Awards le ha valido ser la mejor vestida en este revuelto fin de mes, y no solamente por el modelo escogido, un jumpsuit negro con escote bañera firmado por Yves-Saint Laurent , sino por su manera de llevarlo.
A pesar de que me sobran los zapatos, los cuarenta y ocho espléndidos años de Kristin le aportan un plus de madurez bien aprovechada que no te da ningún complemento, ni esa etiqueta de celebritie pasajera que parece ser el mejor de los pasaportes hacia la posteridad.