Que los gatos eran sagrados para los antiguos egipcios es algo que todas sabemos. Los restos de esta rica civilización nos han regalado infinidad de motivos con felinos como principales protagonistas, como la escultura “Amuleto, gato" que se encuentra en el The Metropolitan Museum of Art.
Curiosidades históricas a un lado, el gato egipcio o sphynx, también conocido como esfinge, es apto para tener en familia. Aunque no forman parte de las razas de gatos perfectas para tener niños (sí lo son, por ejemplo, el birmano y el persa), los gatos esfinge pueden convivir con peques si les educamos correctamente para ello.
Más allá de su capacidad de relacionarse con niños, el sphynx esconde muchas más curiosidades que solo no poseer pelo y nos proponemos descubrirlas. Además, los expertos no dan tips para cuidar de esta raza tan delicada.
Su piel merece una atención especial
Si crees que al no tener pelo son más fáciles de mantener, no estás en lo cierto. En Purina lo dejan claro, es una taza “propensa a los problemas cutáneos, incluyendo el desarrollo de erupciones y de infecciones por hongos. Hay que llevar cuidado y proteger al sphynx de las quemaduras solares”.
Por lo tanto, es importante evitar que el gato se exponga demasiado al sol y “lubricarles la piel con baños o incluso con protector solar”, apuntan los expertos del Hospital Veterinario de Cataluña en Diario Veterinario.
Asimismo, es esencial mantener una correcta higiene y bañarlo con una esponja cada semana para retirar las secreciones oleosas.
Los ojos y las orejas no se quedan a un lado
Ya hemos comentado que la piel de los gatos egipcios necesitas mimos. A esto le sumamos el cuidado de las orejas y los ojos.
En Diario Veterinario destacan que “la ausencia de pestañas hace que esta raza sea más propensa a tener infecciones en los ojos, pues las partículas de polvo y suciedad les entran más fácilmente”. De este modo, deberíamos limpiar la zona a diario para que no contraigan infecciones. En Experto Animal detallan que podemos hacerlo con sueros fisiológicos.
Respecto a las orejas, estas son grandes y están muy abiertas, así que tienden a acumular cera en abundancia que deberemos limpiar con frecuencia.
Cuidado con la temperatura de la casa
Al no poseer pelo, esta raza está desprotegida ante los cambios de temperatura y les cuesta mantenerse estables. Así, en Experto Animal recomiendan mantener al sphynx en un lugar cálido (ni excesivamente frío ni caluroso), especialmente en invierno.
Aprovechamos la ocasión para recordar los múltiples beneficios de tener un gato en casa, como que pueden ayudar a reducir nuestra ansiedad y su presencia logra que el sentimiento de soledad disminuya.
Una dieta completa y equilibrada
Podemos no pensarlo al principio, pero al carecer de pelo requieren una dieta completa para que su temperatura corporal no caiga en picado. En Diario Veterinario apuntan que "los veterinarios de la Clínica Veterinaria Torreblanca hablan de la importancia que tiene que el gato reciba una dieta sana y equilibrada que resulte rica en calorías y proteínas".
Los expertos destacan que “debido a la ausencia de pelo, el animal consume una gran cantidad de ellas [calorías y proteínas] para mantener su temperatura corporal, que es superior a la de otras razas”.
Fotos | iStock
