La vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, anunció ayer una propuesta para reformar la ley para que cualquier acto sexual sea delito si no hay un sí expreso.
Y por supuesto, el debate no ha tardado en producirse, con reacciones a favor y en contra sobre esta propuesta, de la que además apenas tenemos información, ya que solo se ha formulado la intención.
Pero lo que parece más claro es que la afirmación de Carmen Calvo implicaría que no solo cualquier relación sexual que se mantuviera sin el consentimiento claro sería considerada como un crimen, sino que además siempre se consideraría crimen cada vez que la víctima no declarara expresamente su voluntad de tener esa relación sexual. Calvo, que además es doctora en Derecho Constitucional, explicó también que esta reforma se hará a través de un grupo de juristas “feministas” y “avezadas en violencia de género” que ayuden a acometer “una revisión solvente” de las leyes
¿Una medida ideal para acabar con los delitos de violencia sexual? ¿Una medida paternalista que afecta a la libertad sexual de los individuos? ¿O estamos hablando de un golpe efectista? .
Hemos consultado con dos mujeres con opiniones muy definidas (y contrarias) sobre esta propuesta del Gobierno. Por un lado, Loola Pérez, Graduada en Filosofía e Integración Social, Presidenta de @mujomur, Asociación de Mujeres y Feministas en Murcia y colaboradora de @CodigoNuevo, @TribusOcultas y @NovaLifeES. Y por otro lado, contamos con Lidia Falcón, jurista y miembro del Partido Feminista de España. Estas son sus opiniones sobre esta iniciativa.
La propuesta de la reforma
A favor: Lidia Falcón no tiene ninguna duda. “Lo considero una propuesta sumamente necesaria, porque el Código Penal permite sentencias como las de La Manada. Y cosas peores, dejan en libertad a denunciados por violaciones. A veces, sin fianza o con una fianza ridícula. La impunidad se hace fuerte porque estos personajes saben que no les va a pasar casi nada y por lo tanto se divierten. Pero la solución ideal no existe: el delito no se puede erradicar. No es fácil acabar con la maldad.
La solución ideal no existe: el delito no se puede erradicar. (Lidia Falcón).
"Pero esta puede ser una herramienta útil para prevenir, castigar y desanimar a los que crean que tienen vía libre para violar. El caso es que en otros países como[ Suecia se ha implementado](Pero la solución ideal no existe: el delito no se puede erradicar) y no entiendo por qué nos escandalizamos tanto aquí. Suecia ha abolido la prostitución, ha prohibido los burdeles, está avanzando en la protección de las mujeres y el intento de limitar esos delitos. Y hay que tomar medidas, ¿o es que solo nos podemos dedicar a quejarnos? ¿A quién tenemos que proteger: a las víctimas o a los violadores?
En contra: “Estamos ante una propuesta meramente populista, inexacta y que, posiblemente, pese a ser bienintencionada, tiene un coste muy alto para la libertad sexual de las personas. Pretender que el sexo entre dos o más personas dependa de un consentimiento expreso demuestra el nulo conocimiento que tiene este gobierno sobre la sexualidad y las relaciones de pareja. Además, plantea la pregunta de cómo y bajo qué soporte se debe registrar ese consentimiento sexual expreso... ¿Por escrito? Si lo haces por escrito y en el transcurso de la relación sexual no quieres continuar, ¿cómo puedes revocarlo? ¿Con otro escrito? Es sumamente ridículo.
Demuestra el nulo conocimiento que tiene este gobierno sobre la sexualidad y las relaciones de pareja. (Loola Pérez).
Por si fuera poco, es una intromisión en la vida privada de la ciudadanía. Como mujer pienso que la solución no está en el hecho de que el Estado me diga cómo tengo que tener relaciones sino en promover una mayor educación afectivo-sexual. No podemos olvidar que la educación afectivo-sexual en España no es obligatoria. Si quieren acabar con la lacra de la violencia sexual conviene empezar por abajo. Sin embargo, parece que invertir en educación no es algo que le interese a este gobierno. También es importante que los abusos sexuales no prescriban y que las penas se cumplan. La reinserción, cuando se han cometido delitos contra la libertad sexual de las personas, continúa siendo todo un reto en nuestro país”, nos explica Loola Pérez.
Es una intromisión en la vida privada de la ciudadanía. (Loola Pérez).
La necesidad de un "sí" expreso
A favor: “Es muy fácil. A mí me lo preguntan. Si he tenido una relación sexual con alguien ha sido siempre de una manera explícita. No que me metieran en un portal y no me enterara de lo que estaba pasando. ¿Cómo no va a ser un convencimiento explícito, cómo no va a haber un acuerdo y el convencimiento de que todo es grato? Que por otra parte, con cinco a la vez no es tan común que haya muchas mujeres que tengan ganas de hacerlo.
¿Cómo no va a ser un convencimiento explícito, cómo no va a haber un acuerdo y el convencimiento de que todo es grato? (Lidia Falcón).
Cuando el señor tenga muchas ganas de mantener esa relación que antes se asegure de que existe una relación amistosa y si no, que lo deje, que esto no es cosa de vida o muerte. No es como robar porque tienes hambre", argumenta Lidia.
En contra: “Según la ministra, expreso es decir sí. Una mujer tiene que decir sí para que no sea violación. Sin embargo, esta cuestión parece ya contemplada, en otros términos, por nuestro Código Penal. Lo que sí me crea bastantes dudas es el soporte con el que pretenda registrar ese sí. ¿Una app en el móvil? ¿Un contrato escrito? La vicepresidenta está frivolizando sobre un tema bastante serio y lo está haciendo sin contar con expertos en el ámbito jurídico y de la violencia sexual. Ella justifica su medida en el clamor popular ante las concentraciones y el clima de indignación generalizado ante el lamentable caso de La Manada.
La vicepresidenta está frivolizando sobre un tema bastante serio. (Loola Pérez).
Pero, baste decir que la rabia y el sentimentalismo no debería ser motor para cambiar el Código Penal. Nuestro ordenamiento jurídico debe ser objetivo, riguroso y sensato. El Estado de derecho, la presunción de inocencia y la protección a las víctimas deben prevalecer ante cualquier indignación colectiva. Por supuesto, hay muchas cosas que mejorar y que atender, pero hacerlo en caliente solo nos llevará a una encrucijada: el mero proteccionismo sacrificará nuestra libertad sexual. Tampoco podemos olvidar que esta idea del consentimiento sexual expreso también está incentivada por otros partidos, como Podemos. Hay un respaldo ideológico, poco análisis y un nulo conocimiento de la sexualidad humana. El consentimiento sexual no se consigue con un cambio en el Código Penal sino con educación: educación en igualdad y educación afectivo-sexual”, opina Loola.
Echar marcha atrás: ¿tiene sentido negarse después de haber dado un sí explicito?
A favor: "Por supuesto que sí, la mujer puede cambiar de opinión cuando lo desee y ese sí puede convertirse en un no", opina Lidia Falcón.
En contra: Loola Pérez nos comenta que ya nos ha contestado a esta pregunta al principio de la entrevista, cuando hablando del consentimiento expreso y de revocarlo.
Llevar esta propuesta a la práctica ¿es posible?
A favor: “No sabemos nada sobre esta reforma y ya han exigido a la vicepresidenta unos detalles, que se tienen que redactar todavía y que tienen que ir al Congreso. Queda por delante un larguísimo recorrido que, además, implica modificar el Código Penal. Y como es una ley orgánica se necesitan dos tercios de los votos de la Cámara. Así que tengo pocas esperanzas de que esto salga. Al menos en esta legislatura. Pero por lo menos hay que plantearlo e intentarlo porque en caso contrario somos una sociedad salvaje.
La carga de la prueba se tendrá que invertir. (Lidia Falcón).
Ese consentimiento se tendrá que probar, la carga de la prueba se tendrá que invertir. Lo que no puede ser es que la víctima tenga que ser la que pruebe, tanto en esto como en los casos de violencia machista. Y el resultado es la impunidad del violador y del maltratador", afirma Lidia.
En contra: “No lo sé. Es algo que debería aclarar la vicepresidenta. Lo que sí me hace pensar es en el caso de las trabajadoras sexuales. Para Carmen Calvo todas las trabajadoras sexuales son explotadas sexualmente. Lo mismo con ese consentimiento expreso reacciona ante el paternalismo que profesa hacia ellas, pues prostitución y trata de personas son dos fenómenos completamente distintos. Lo mismo semejante medida se le vuelve en su contra y se ve obligada a legislar, pero esta vez, para proteger los derechos humanos de las trabajadoras sexuales, entre ellas, el derecho a reconocer el trabajo sexual como una actividad laboral”, dice Loola.
La legislación futura de esta reforma
A favor: "Para el legislador no hay ningún reto en esta reforma, lo único que tiene que hacer es escribir un texto que, naturalmente, esté bien pensado y dentro de la legislación vigente. El problema será para el juez. Pero también deberíamos cambiar a los jueces y cambiar la escuela del Poder Judicial, que es la escuela del machismo", nos explica Lidia Falcón.
En contra: “Justamente, ante el mero hecho de que no hay nada sobre la mesa, se demuestra que es una medida populista e interesada. El PSOE vuelve a instrumentalizar el movimiento feminista. Muchas asociaciones afines a su ideología aplauden la intención y vitorean.
Antes de modificar el Código Penal deberían atender a la ley sobre violencia de género (Loola Pérez).
Es una perversión del sistema. Creo que antes de modificar el Código Penal deberían atender a la ley sobre violencia de género. Se ha quedado en papel mojado. Pretendió solucionar la realidad de la violencia machista y llevamos años teniendo una cifra de mujeres asesinadas prácticamente similar. Hay algo que no funciona y deberían hacer autocrítica”, es la opinión de Loola.
¿Se necesitará también el consentimiento en las relaciones estables?
A favor: “En todo momento tiene que haber un sí expreso. ¿El marido o el compañero tiene patente de corso en el matrimonio, que puede violar a una mujer cuando ella quiera? De verdad, que ya hemos conseguido que la violación dentro del matrimonio se considere un delito... Claro que tiene que es necesario que haya un sí”, es la respuesta contundente de Lidia.
En contra: “PSOE y Podemos se han presentado como los enemigos del deseo. Pretenden decirnos cómo tener relaciones, de qué forma consentir e incluso de qué modo desear. Su consentimiento expreso basado en el solo si dice sí no es violación no tiene en cuenta otras prácticas sexuales no normativas, como las relacionadas, por ejemplo, con el BDSM.
"A mí, personalmente, me parece sumamente aburrido y represivo que para tener relaciones sexuales con mi pareja tenga que decirle continuamente sí, sí quiero. Con mi pareja existen otros códigos y existen porque hay comunicación, porque hablamos abiertamente de lo que nos gusta y lo que no, porque nos conocemos, en definitiva. Que el Estado pretenda meterse en mi cama no es feminista, solo es un paternalismo que me infantiliza, que erosiona mi libertad individual y que pretende hacer de mi sexualidad su panfleto ideológico”, contesta Loola, que también tiene clara su postura.
Desde luego el debate está en la calle y muy polarizado y tendremos que esperar a ver cómo avanza esta propuesta. Desde el Ministerio de Justicia, a cargo de la ministra Dolores Delgado, se ha establecido una Comisión General de Codificación que estudia cómo tipificar esos delitos: si cabe mantener la diferencia entre agresión y abuso, matizarla o clarificarla, etc., y entregarán sus conclusiones antes del 15 de noviembre.
Fotos| Gtresonline
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