Cuando me hacen una foto y la veo después, nunca es como esperaba. En mi cabeza hay una imagen que luego no veo y algo parecido ha pasado con la reciente encuesta del CIS. Creíamos que estabamos avanzando y la demoscopia nos ha mostrado una imagen que no esperábamos: el 44% de los hombres opina que la igualdad ha ido demasiado lejos y los discrimina, según el último estudio que se realizó entre 4.005 personas de más de 16 años de “Percepciones sobre la igualdad entre hombres y mujeres y estereotipos de género” del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
La noticia hacía saltar las redes, y la polémica estaba servida. Todos hablan de los titulares que copan medios como El Diario.
Los datos de una España que sigue siendo machista
Hay un contrapunto en la encuesta, porque el 48,2 % de los hombres, la mayoría, afirma que las desigualdades entre mujeres y hombres siguen siendo “muy grandes o bastante grandes”, y el 49,2% dice haber escuchado comentarios sexistas de amigos o familiares. Sin embargo, el 44,1% de los hombres y el 32,5% de las mujeres consultadas por el CIS creen que las políticas de igualdad han llegado demasiado lejos, tanto que ellos son ahora los discriminados.
Lo que dicen en Público es cierto: existe una brecha ideológica en el estudio del CIS porque de ese 44% que cree que "se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad", el porcentaje baja al 14% en los votantes de izquierdas y sube al 74% en los de derechas. Pero hay datos que no tienen nada que ver con ideologías políticas, como que las mujeres dedican tres horas al día a las tareas del hogar, ellos dos. Y si hay hijos, hay más diferencias porque ellas emplean 6,7 horas y ellos 3,7.
Un 72,5% de las mujeres afirma que lo tienen peor para conciliar la vida personal y profesional, pero solo el 58,5% de los hombres cree que ellas son las perjudicadas, a pesar de que los datos demuestran lo contrario. Las mujeres tienen que esforzarse más que los hombres para demostrar que pueden desempeñar el mismo puesto de trabajo para el 78,1% de las mujeres y el 51,8% de los hombres, así que la igualdad sigue sin ser real.
El 70,7% de los españoles dice que ahora las desigualdades son menores que hace una década, lo mismo que opina el 67% de las mujeres, pero lo cierto es que viendo los datos parece que España sigue siendo un país machista y con mucho trabajo de cara a la igualdad por delante. Además, un 81,2% de ellas piensan que "no lograrán la igualdad a menos que los hombres también luchen" por sus derechos. Algo con lo que los hombres no están de acuerdo en el 48,2% de los casos.
Y un dato que asusta: un 60,3% de las mujeres han pasado miedo volviendo a casa. Y aunque para el 49,5% de los hombres “siempre es agradable recibir un piropo”, no lo es para el 60,5% de las mujeres.
La polémica de la encuesta y de nuevo el foco en ellos
El ser humano es contradictorio en sí mismo y esta encuesta es solo un reflejo de esa contradicción. Vemos la igualdad, pero si tratamos de conseguirla, la “llevamos demasiado lejos”. Es ese novio tóxico que se mosquea cuando por fin le pones límites y la situación se revierte.
El tema de que los hombres sienten que tienen menos derechos por las nuevas leyes de igualdad o que las mujeres sigamos pensando que existen grandes dificultades es solo un reflejo de que el machismo existe y está más arraigado de lo que pensábamos. O al menos que está más arraigado de lo que nos empeñamos en ver, porque la polémica de los Globos de Oro es la muestra. El beso de Rubiales y su actuación posterior, otra. Y las 56 mujeres asesinadas por violencia de género en España en 2023 (ya van 1.238 desde 2003, cuando se empezaron a recopilar datos), otra más.
De hecho en los propios titulares de los periódicos podemos ver esa desigualdad que pone el foco en ellos, y no en nosotras y los datos que refuerzan la creencia de que seguimos viviendo desigualdades en muchos ámbitos de nuestra vida, como bien señala JuanLu de Paolis en X.
El machismo también oprime a los hombres
Como ocurre con cualquier movimiento siempre existe diversidad en la forma en la que lo entendemos. Si pensamos en el cambio como algo que nos va a perjudicar, por ejemplo en el caso de las personas misóginas, el feminismo es el demonio. Si lo vemos desde el prisma de un movimiento pensado para terminar con el machismo, todos saldremos beneficiados, seamos hombres o mujeres.
María Esclapez, psicóloga, sexóloga y autora de libros como “Me quiero, te quiero", hacía una reflexión muy interesante en su cuenta de Instagram: el machismo también oprime a los hombres. Y es que como bien explica la experta, “el movimiento se está convirtiendo en una lucha entre hombres y mujeres, y el feminismo no tiene nada que ver con oprimir al otro”. De hecho, el feminismo y la igualdad buscan que el machismo no oprima a nadie, ni hombres ni mujeres.
María repasa algunas creencias que reafirman esa opresión que el machismo también ejerce sobre los hombres, como que deben ser ellos los proveedores en el núcleo familiar (con la ansiedad que genera cuando no es posible); que deben mostrarse fuertes (lo que les dificulta pedir ayuda antes); que no pueden mostrar su miedos, inseguridades ni vulnerabilidades porque eso implica debilidad (lo que dificulta su gestión de las emociones); o que en el ámbito laboral hay profesiones más adecuadas para ellos, lo que según la experta afecta a la hora de elegir una carrera.
“La igualdad no ha venido para discriminar a nadie”, afirma, y no podemos estar más de acuerdo. Lástima que la fotografía que vemos con la encuesta del CIS, muestre lo contrario.
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