Mackenzie Scott pasó de ser "la esposa de" a una de las mujeres más ricas del mundo tras divorciarse de Jeff Bezos, fundador y entonces CEO de Amazon. Lo suyo no fue una separación fácil. Con una infidelidad del que entonces era su marido ocupando páginas en la prensa internacional y un patrimonio multimillonario de por medio, el matrimonio se disolvió en medio de una vorágine en el foco público. No obstante, aquello, lejos de hundirla, la llevó a encontrar un nuevo objetivo vital: compartir "la cantidad desproporcionada de dinero" que tiene con los que más lo necesiten. Ahora, además, acaba de volver a desposarse con el profesor de ciencias de sus hijos.
La tercera mujer más rica del mundo
MacKenzie, que actualmente tiene una fortuna estimada de 47.400 millones de euros, ha vuelto a casarse solo dos años después de dejar de apellidarse Bezos. No se sabe mucho más sobre esta relación más que el afortunado es Dan Jewett, un profesor de Ciencias de 50 años del Lakeside School, al que acuden sus hijos en Seattle y donde estudió en su día Bill Gates.
La estadounidense estuvo casada durante 25 años con el padre de Amazon, con quien tuvo cuatro hijos (tres niños y una niña adoptada) y quien la ha felicitado públicamente en un comunicado: "Dan es un gran tipo, y estoy feliz y emocionado por los dos". Tras media vida juntos, la expareja consiguió quedar en buenos términos tras llegar a un acuerdo récord en el que ella se quedó con un 4% de las acciones del gigante del ecommerce (valoradas en unos 31.000 millones de euros al cambio) y en el que cedía su parte en el diario The Washington Post y la firma de viajes espaciales Blue Origin de Bezos.
Una fortuna que Scott ha aumentado este último año debido a la pandemia y el incremento de las ventas online, pasando de tener 31.300 millones de euros a más de 47.000 millones en sus arcas. No obstante, conocedora de sus privilegios, se sabe que ha donado más de 4.000 millones de dólares a 384 organizaciones sin ánimo de lucro en los últimos cuatro meses.
Filántropa y bloguera
De carácter tímido y reservado, la tercera mujer más rica del mundo es una filántropa que quiere destinar su enorme riqueza a ayudar a los demás y devolver, así, parte de ella a la sociedad que ha ayudado a generarla. En caso de no haber llegado a aquel famoso acuerdo con Bezos, y según las leyes del Estado de Washington, el divorcio podría haber resultado en la división al 50% de todo lo que la pareja hubiera ganado después del matrimonio, lo que habría convertido a MacKenzie en la mujer más rica del mundo.
Un año después, ella misma desveló en un post en Medium que, desde entonces, había donado ya aproximadamente 1.445 millones de euros a varias organizaciones. Principalmente, centradas en luchar contra las desigualdades, ya sean raciales o de género. Algo que tiene previsto seguir haciendo a lo largo de toda su vida.
Para ello pidió ayuda a un equipo de asesores sin ánimo de lucro que la ayudan a encontrar y evaluar organizaciones que tengan impacto en diversas causas. Así fue cómo encontraron nueve áreas principales a las que destinar fondos, entre las que se encuentra el colectivo LGTBIQ (39 millones de euros), la igualdad de género (113 millones), la sanidad pública (108 millones) o el cambio climático (106 millones).
Aunque durante su matrimonio permaneció en un segundo plano, Mackenzie presenció el nacimiento de Amazon en un garaje y fue una de sus primeras trabajadoras. Aunque su iniciativa filantrópica, de momento, no tiene nombre ni sede, Scott tiene un blog en el que plasma lo consciente que es de unas desigualdades acrecentadas por el coronavirus: "Las pérdidas económicas y las consecuencias sobre la salud han sido mucho peores para las mujeres, para las personas de color, para aquellas que viven en la pobreza. Al mismo tiempo, las fortunas de los multimillonarios han crecido de forma considerable", ha escrito recientemente.
Orígenes acomodados
De nacimiento MacKenzie Scott Tuttle, vino al mundo en 1970 en San Francisco en el seno de una familia acomodada. Su padre dirigía una agencia de inversiones y ella fue la segunda de tres hermanos. Desde bien pequeña descubrió su gran amor por los libros, aspirando a convertirse en novelista algún día.
En los ochenta, cuando Mackenzie empezó sus estudios en la universidad de Princeton, a la empresa de su padre se le abrió una investigación por irregularidades y tanto esta como la familia tuvieron que declararse insolventes. Así que tuvo que trabajar en varios sitios para poder pagarse los estudios en un centro elitista.
Fue en Nueva York, cuando trabajaba en Wall Street, donde conoció a Bezos. Tenía 23 años y se casaron a los tres meses. Juntos abandonaron la gran ciudad para cumplir el gran sueño de él: abrir una librería online. Mientras tanto, el de Mackenzie seguía siendo escribir. Licenciada en filología inglesa, es autora de los libros The Testing of Luther Albright (2005) y Traps (2013). Aunque nunca ha conseguido un gran éxito comercial, obtuvo el American Book Award en 2016.
Fotos | @mackenziescott2020, Gtres.
