Nochevieja: la única noche del año en la que el dicho "la noche es joven" tiene sentido. Pero luego llega la mañana de Año Nuevo y tú te sientes como un auténtico fósil. Tu estómago se comporta como la niña de El Exorcista y en el hemisferio derecho de tu cerebro dos neuronas están bailando un cha cha chá un tanto acelerado. En el hemisferio izquierdo son más de la Marcha Radezky con bien de profusión de trombones y platillos. Y todavía tienes que levantarte, vestirte e ir a casa de tus padres a aparentar que eres un ser humano normal, en plenas facultades y que ha conservado sus órganos vitales en perfectas condiciones. Sí, bienvenida a los momentos estrella de la mañana de Año Nuevo.
Momento 1: Cuando te levantas y parece que es el fin del mundo.
Ante las nauseas, la jaqueca infernal y el dolor de huesos que se quiten los cuatro Jinetes del Apocalipsis, unos novatos en esto de destruir tu mundo.
Momento 2: Y te preguntas si lo de tomarse una copita se te fue "un pelín" de las manos.
Anoche estabas en un estado de euforia incontrolada y la última copa se convirtió en la "última copa.ok" y luego en "la última copaok.ok" y la "última copaokokdefinitiva.ok"... y la "últimacopa.estaesladeverdadokokok".
Momento 3: Cuando sacas a pasear el juramento "A Dios pongo por testigo".
Una frase que pasará a los anales de la historia como la más utilizada en vano. A Dios pongo por testigo que no volveré a beber, que no volveré a ponerme taconazos, que no volveré a salir en Nochevieja ni a bailar la conga, que jamás, jamás, jamás volveré a comer mejillones a las 3 a.m., etc.
Momento 4: La jaqueca es tan fuerte que estarías dispuesta a hacer cualquier cosa para librarte del dolor de cabeza.
Has perdido toda esperanza del que ibuprofeno haga su efecto y estás pensando en métodos más drásticos.
Momento 5: Y te das cuenta de que lo que más necesitas es a un buen amigo que te ayude a salir de esta.
O que se produzca el milagro de la Navidad. El auténtico.
Momento 6: Sabes que necesitas salir del cuarto de baño como sea.
Y no basta con una ampolla flash de belleza. Necesitas restituir todos tus órganos vitales. Y una cara nueva.
Momento 7: Pero, entonces... el ibuprofeno hace su efecto.
Vuelves a tener el mundo a tus pies, la cabeza despejada y más ganas que nunca de comenzar el 2016 en plena posesión de tus facultades mentales.
Momento 8: Entonces, se te olvida tanto lo mal que lo has pasado que aceptas ese vino en el aperitivo.
Estúpido y sensual alcohol, tú que te habías prometido que jamás volverías a tropezar con esa piedra...
Momento 9: Vamos, que vuelves a entrar en un espiral de muerte y destrucción.
Sí, porque la tarde Año Nuevo puede llegar a ser peor que la mañana de Año Nuevo. Y lo sabes.
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