Una vez que uno aprende a abrir y limpiar erizos de mar, todo un nuevo mundo gastronómico se desbloquea. Con lo difícil que es decidir qué hacerte de comer y cenar todos los días, es muy útil contar, de repente, con un nuevo ingrediente como este con el que se puede hacer lo que nunca pensaste: un revuelto de erizos de mar y espárragos trigueros, un plato estupendo para una cena ligera y rápida, pues solo lleva siete minutos prepararla.
Empezamos preparando los espárragos verdes que, dicho de otro modo, son la parte más dura, así que necesitan un poco más de tiempo para estar en su punto y, por lo tanto, los tenemos que cortar en rodajitas muy finas para que se hagan antes. Los salteamos en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra.
Mientras se hacen, picamos las yemas de los erizos partiéndolas en trozos pequeños que puedan repartirse bien por el revuelto. Batimos también los huevos para tenerlo todo listo cuando llegue el momento de cuajar el revuelto. Le agregamos un chorrito de nata líquida al huevo batido.
Después, añadimos las yemas de erizo de mar a la sartén, removemos durante unos segundos para que no se cocinen demasiado e, inmediatamente, añadimos los huevos batidos. Lo hacemos removiendo todo con un tenedor para que no se cuaje como una tortilla sino que tiene que quedar bien jugoso.
Es importante señalar que este revuelto de erizos y espárragos trigueros no necesita sal porque los erizos ya aportan suficiente. Así que, simplemente con un poco de cebollino picado, lo tendremos listo y a tope de sabor. Se puede servir tanto para tomar en el plato como extenderlo sobre unas originales tostadas.
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