Soy una persona que sigue las modas, lo admito. Si se pone de moda el color burdeos, me compro un jersey burdeos. Si se ponen de moda los vaqueros wide leg, me compro un par y aprendo a combinarlos. Pero cuando se estrenó esta serie me negué en redondo a verla. Sin ningún motivo, la verdad, solo asqueada de que la gente que no ve series me dijera que era la serie del año. ¿En base a qué criterio? Me negué a verla en redondo y me mantuve firme a pesar de que todos, absolutamente todos los que me rodeaban, la habían visto. Me convertí en la rarita que no quería verla.
La serie se convirtió en lo más mainstream del año de su estreno. Estaba por todas partes y eso me enfadó más y me obcecó más. Se convirtió en la serie de habla no inglesa más vista de la historia de Netflix. Al 92% de los usuarios de Google les gustó la serie y tiene un 90% en Rotten Tomatoes. Se hicieron escape rooms, se convirtió en el disfraz favorito de Halloween y hasta se hicieron funkos de sus personajes.
Objetivamente debía ser una buena serie, pero no ha sido hasta ahora, cuando se ha estrenado su segunda temporada, cuando he decidido practicar eso que los expertos llaman flexibilidad cognitiva. Estaba dispuesta a cambiar de perspectiva y verla con mi pareja que sí la vió en su estreno en 2021. Ahora me arrepiento de haber sido tan cabezota porque he tardado demasiado en descubrir una de las mejores series de la historia de Netflix. Supongo que ya sabes que estoy hablando de ‘El juego del calamar’ que el pasado 26 de diciembre estrenaba su segunda temporada.
‘El juego del calamar’, rompiendo récords en netflix
'El juego del calamar' hacía historia en los Emmy al convertirse en la primera producción de habla no inglesa nominada a la mejor serie dramática, y aunque no se lo llevó, su protagonista Lee Jung-jae consiguió el Emmy a mejor actor principal en una serie de drama y también se llevaron el de mejor dirección de drama. Para los expertos de Espinof, la serie creada, escrita y dirigida por Hwang Dong-hyuk, fue “la sorpresa sádica del año”. Para mí ha sido un descubrimiento que me ha recordado que como sociedad estamos podridos por dentro, porque más allá de que la serie hable sobre un juego a vida o muerte, ahonda en problemas actuales y hace una crítica social en la que no falta emoción. Y sangre.
La segunda temporada de la serie coreana ha destrozado el récord del mejor estreno de una serie de Netflix hasta la fecha. Era para ‘Miércoles’, pero con 68 millones de reproducciones en 4 días, ‘El juego del calamar’ ha demostrado que Netflix es suyo y que todos hemos caído en sus redes. Hasta yo, que no era creyente, me he visto desbordada por su acción y sus giros de guión inesperados. Aunque su segunda temporada ha perdido el efecto sorpresa, no me cabe ninguna duda de que seguirá dando que hablar.
Fotos | El juego del calamar (Netflix)
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