Durante los meses de calor, una ensalada como esta es un plato ideal para una cena ligera, original y deliciosa. Además, es perfecta también para quienes quieran hacer una última comida del día ligera. Sin tomate y sin lechuga, ni ninguna otra variante de hojas, esta ensalada de piña, pepino y cacahuetes es tan sencilla como sorprendentemente sabrosa. Tanto la fruta tropical como la hortaliza son productos con un aporte muy bajo de calorías, pero ricos en agua y fibra. Además son digestivos, sobre todo, si empleamos la variedad baby o mini del pepino.
Un aliño sencillo con un toque picante, que tan bien sienta cuando suben las temperaturas (pero que se puede omitir), y el aporte refrescante del cilantro redondean este plato junto con los cacahuetes tostados. Eso sí, si eres de los que no soporta el cilantro, lo puedes cambiar por perejil o albahaca fresca sin problemas. Del mismo modo, el fruto seco, que añade nutrientes esenciales y proteínas vegetales, se puede sustituir también por almendras, pipas de calabaza, nueces, anacardos, etc.
Aunque esta ensalada se puede hacer en 20 minutos y consumirse tal cual, lo recomendable es hacerla con un poco de antelación para que se marinen un poco los ingredientes y resulte mucho más sabrosa. Con media hora será suficiente, dejándola en la parte menos fría de la nevera.
No obstante, si nos permites un último consejo: prepara el doble de raciones para que te queden sobras y las puedas disfrutar también al día siguiente en el almuerzo o como guarnición de carnes y pescados. Precisamente, por no llevar lechuga el aliño no estropea los ingredientes, sino que ganan aún más en sabor.
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