Estamos próximos al verano y sin duda todos queremos lucir una buena figura en bañador, asi que para ayudarte a conseguirlo hemos preparado un nuevo especial donde os traeremos los mejores consejos para estar en forma.
Nuestra alimentación puede colaborar grandemente y por eso hoy te proponemos cuidar tu hidratación de cara al verano, algo fundamental cuando las temperaturas comienzan a subir.
La importancia de la hidratación para el organismo
Nuestro cuerpo necesita agua para realizar todas sus funciones, pues está compuesto de un 60-70% de líquidos. Sin embargo, esta no es la única razón por la cual es importante una adecuada hidratación, sino que además de permitirle funcionar bien y resguardarlo de problemas en diferentes órganos, una correcta hidratación puede ayudarnos a lucir mejor por fuera, vernos bellos y saludables.
Una adecuada ingesta de líquidos no sólo evitará que suframos un golpe de calor, sino que también contribuye a prevenir el estreñimiento e hinchazón abdominal a causa de éste, evita la sequedad de la piel, cabello y ojos, contribuye a una buena circulación sanguínea lo cual es favorable si queremos evitar ojeras, várices y arañitas.
Además, no podemos olvidar que muchas veces comemos ante la sensación de sed y que el agua así como otros líquidos acalóricos, pueden distender el estómago provocando una sensación de plenitud que nos ayuda a controlar mejor lo que comemos. Por ello, estar bien hidratado también nos ayudará a conservar la línea.
Asimismo, el agua es el vehículo de sustancias nutritivas que permite que nuestro cuerpo aproveche lo que ingresa al aparato digestivo y de igual manera, contribuye a eliminar sustancias de desecho al vehiculizar toxinas ayudando en la depuración del organismo.
Como podemos ver, ingerir suficiente líquido no sólo repercute positivamente en nuestra salud, sino también, en nuestra apariencia física.
Una buena hidratación no sólo consiste en ingerir líquidos
El balance de fluidos en el cuerpo no sólo se basa en los líquidos o el agua ingerido, sino que además, depende de la concentración de algunos electrolitos también llamados minerales que contribuyen a lograr el equlibrio hidrico; ellos son el cloro, sodio y potasio .
Estos elementos son los que contribuyen a que el cuerpo logre cantidades relativamente estables de líquidos dentro del mismo, por lo tanto, cuando estamos deshidratados sólo por falta de líquidos estos electrolitos pueden concentrarse en exceso y ocasionar problemas, mientras que si perdimos líquido por sudor, normalmente además de agua debemos ingerir potasio, sodio y cloro para mejorar la restitución de fluidos y así, alcanzar una correcta hidratación.
Entonces, en verano, cuando las temperaturas se incrementan y sudamos más, es necesario además de beber suficiente líquidos, no descuidar la ingesta de estos compuestos, sobre todo, si somos físicamente activos, pues el deporte nos hace perder más electrolitos y agua por sudor que pueden ser perfectamente repuestos mediante una bebida deportiva también llamada isotónica.
Una leve deshidratación en el cuerpo ya produce síntomas como hipotensión, cefaleas, falta de concentración y altera la circulación sanguínea así como la termorregulación que el agua produce en el cuerpo, por lo tanto, ante deshidrataciones graves se pierde la capacidad de disipar el calor por medio del sudor y es allí donde corremos graves riesgos de sufrir un síncope por calor o golpe de calor.
El agua no sólo con las bebidas
Entonces, para lucir sanos por dentro y atractivos por fuera, lo ideal de cara al verano es lograr una buena hidratación como parte fundamental de la dieta, pero debemos saber que el agua no sólo ingresa con las bebidas al organismo, aunque son las principales fuentes, sino que podemos incrementar la ingesta de líquidos y electrolitos mediante alimentos sólidos o preparaciones con gran contenido acuoso.
Por ejemplo, en verano además de incrementar el consumo de líquidos hasta alcanzar un mínimo de tres litros diarios, es de ayuda consumir frutas y verduras frescas que tienen alto porcentaje de agua en su composición, así como consumir preparaciones como batidos, gelatinas, sopas frías u otras que también presentan alta cantidad de líquidos.
Concluyendo, además de beber más líquidos, lo ideal es echar mano a más frutas y verduras, a un buen gazpacho, una limonada, una gelatina o bien, yogures y batidos que también contienen líquidos y electrolitos que contribuyen a cuidar la dieta de cara al verano al favorecer una buena hidratación.
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