Subo ahora mismo del gimnasio y me encuentro que nuestros compañeros de Vitónica han dicho algo que estoy cansado ya de oír en todos los gimnasios a los primeros novatos que llegan con la intención de salir de ahí esculpidos y convertidos en unos auténticos Adonis: hay que quitarse de la cabeza esa idea de que la mejor forma de bajar barriga es matándonos a hacer abdominales en el gimnasio o en casa.
Y son muchas las personas que durante meses y meses lo hacen con la firme convicción de que llegará un día en el que desaparezca la barriga y hagan su aparición estelar la famosa tableta de chocolate, a base de duros entrenamientos (e intensivos) es los que no se da tregua a los abdominales.
Pues bien, ya pueden estar así todo el año que como no perdamos esa grasa, creo que va a ser realmente imposible. Y es que cuando estamos ejercitando los abdominales, con eso no conseguimos más que tonificar los músculos que allí residen pero en ningún momento esta actividad ‘tira’ de las reservas energéticas a cargo de los adipocitos, que se nos han instaurado en la parte baja del abdomen.
La solución a este problema es tan fácil como repetida: dieta sana y ejercicio aeróbico. De sobra es conocido por todos que no es imposible perder grasa de manera localizada, sino que el cuerpo, cuando lo sometemos a esfuerzos aeróbicos, tira de las reservas en general por lo que la pérdida es general también y no localizada.
¿No sirve de nada entonces hacer abdominales en la pérdida de peso? Sí y no, la verdad. Es cierto que al ejercitar los músculo lo que estamos haciendo es provocar que tengan una necesidad mayor de obtener energía incluso estando en reposo. Es entonces cuando echará mano de más reservas de grasa para conseguirlo.
Además, si conseguimos tonificar nuestro cuerpo, lo que estamos logrando además es incrementar nuestro metabolismo, por lo que consumiremos más energía en reposo, pues al tener más número de fibras, éstas necesitan más alimento.
Pero por supuesto, para lograr este fin nos valen igualmente los abdominales, como los bíceps o los deltoides. Es más, quizás los abdominales sean de los músculo que más tardan en acelerar este proceso, por lo que si nuestra idea es conseguir un mayor metabolismo a base de musculación, con los abdominales estamos equivocándonos de camino.
Y por supuesto que a base de tiempo, elemento indispensable, y mucho esfuerzo y fuerza de voluntad acompañado de una dieta sana, baja en grasas saturadas y con una ingesta controlada de verduras, proteínas y cereales podremos lograr todos nuestros resultados siempre y cuando seamos constantes con el deporte aeróbico (cinta, remo, bicicleta…) y en caso de que además queramos tonificar nuestro cuerpo, una sesión de musculación.
Es entonces, al remitir la grasa abdominal , cuando veremos como nuestros esfuerzos sobre el abdomen, a base de ejercicios que ejerciten los abdominales (superior, inferiores y laterales), dan su fruto y poco a poco los iremos marcando más y más. Pero ante todo equilibrio y una supervisión especializada si puede ser, tanto de la dieta como de los ejercicios que realicemos en el gimnasio, para evitar lesiones. Y recordad que luego, al perder peso, vienen los problemas de flacidez de la piel debido a la pérdida de tanta masa corporal, aunque por suerte tenemos productos, que ya os adelantó mi compañera Cristina en su tiempo, que evitan que nuestra piel pierda tersura por culpa de haber bajado de peso.
¡Suerte en la pérdida de la barriga chicos! (quién la tenga…)
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