La historia de la literatura es también la historia de un enorme número de escritoras invisibilizadas a lo largo de los siglos, ignoradas por editores, críticos, público o sus propios compañeros de letras y también de mujeres que tuvieron que escribir bajo un seudónimo masculino para conseguir hacer sus sueños realidad.
Pensábamos que esa brecha ya se había superado. Vamos a las librerías y vemos que nombres como el de J.K. Rowling, en el mundo entero, o Dolores Redondo, por poner un ejemplo en España, triunfan a lo grande. Pero un reciente estudio realizado en los Estados Unidos nos ha hecho ver que todavía estamos muy lejos de conseguir la paridad también en ese aspecto.
Este estudio, dirigido por la socióloga Dana Beth Weinberg y el matemático Adam Kapelner, ambos del Queens College-CUNY, ha analizado durante diez años (concretamente, desde el 2002 hasta el 2012) dos millones de títulos publicados en Norteamérica y han llegado a la escandalosa conclusión de que los libros escritos por mujeres valen menos que los escritos por hombres, incluso un 45% menos.
Los autores llegaron a esta conclusión cruzando listas de títulos y precios con sexos y listas de nombres masculinos y femeninos y publicaron sus conclusiones en un artículo en Plos One, donde atribuyeron estos resultados en parte a que las mujeres suelen escribir géneros, como por ejemplo, las novelas románticas, que se venden a precios más bajos en las librerías. Mientras que otros libros, por ejemplo, los científicos, tienen una mayoría de autores masculinos y suelen venderse a precios superiores.
Intentando ir un paso más allá y encontrar una razón de por qué géneros como la novela romántica están devaluados y se consideran infra-literatura, los investigadores también estudiaron la diferencia de precios entre los libros auto-editados,como una manera de comprobar si las editoriales eran la causa de la brecha. Pero los resultados demostraron que las diferencias también se daban en este apartado y que los libros escritos por mujeres costaban hasta un 7% menos que los de los hombres. "Sin editores vemos que hay ligeramente menos discriminación, pero todavía se da y se siguen los mismos patrones", explicó la socióloga Dana Weinberg.
En un mundo en el que se considera que el trabajo de las mujeres vale menos que los de sus compañeros masculinos no es difícil entender que también las obras literarias escritas por ellas se consideren más irrelevantes y, por tanto, que tengan menos valor en las tiendas, pasen desapercibidas o incluso no se merezcan que los críticos pongan los ojos sobre ellos, como también se demostró en este otro estudio. Pero también se conscientes de este problema es un primer paso para hacer todo lo posible por ponerle fin.
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