Estás en el extranjero por trabajo o vacaciones y encuentras esa prenda o ese artículo tan especial que no puedes resistirte a comprarlo. Es una pieza única y es perfecta para tí. ¿Qué haces con ella?. Si no te la puedes llevar contigo, no te prives tampoco de adquirirla.
Las marcas de lujo no tienen ningun problema en hacértela llegar hasta el punto de venta más próximo en tu ciudad. Estoy hablando de tiendas propias, por supuesto. Así evitas cargar con ello y te despreocupas de tu compra: no la perderás, no se estropeará durante el viaje.
Es un servicio al alcance de los clientes que no siempre tienen presente. Un amigo muy viajero lo ha solicitado en más de una ocasión (Louis Vuitton en Paris, Gucci en Boston) y lo pudo recoger en Barcelona sin problema y sin coste adicional.
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