Praga ("Praha" en checo) es la capital de la República Checa situada a orillas del río Moldava. Su belleza la ha convertido, por méritos propios, en una de las veinte ciudades más visitadas del mundo. Su casco antiguo es, desde el año 1992, Patrimonio de la Humanidad.
Praga es, sin duda alguna, una de las ciudades más románticas y mejor conservadas que siguen existiendo en Europa. En febrero, sus pintorescas calles parecen creadas ex profeso para dar largos paseos subidos en un coche de caballos, o para perderse entre sus callejuelas siguiendo el rastro de los acordes de la música jazz, que llegan desde el corazón más profundo de la ciudad.
La ciudad está llena de palacios que han sido reconvertidos en hoteles de lujo. Podemos optar entre residencias de estilo renacentistas, palacios barrocos o incluso encontrar habitación en edificios neogóticos que, en ocasiones, todavía conservan su mobiliario original, auténticas joyas de la artesanía checa y europea.
Álvaro Pérez, responsable de comunicación de una de las oficinas de prensa de Praga, nos confirma que entre las localizaciones más románticas entre las que podemos optar se encuentran el hermoso recinto recién reformado de Trnová, el palacio Jemniste o el Berstejn. A las afueras de Praga, el Château Mccely también es una excelente opción si se quiere pernoctar en la que fue la residencia de una de las familias nobles más importantes del país.
Praga, la ciudad dorada o la cuidad de las cien torres, es también mágica, romántica y monumental. Hogar de emperadores, grandes compositores de las letras y de la música, y cuna de grandes científicos.
Visitarla es como caminar por un trozo de la la Historia, un lugar que puede llegar a convertirse, si tú quieres, en el escenario perfecto para tu propia historia de amor.
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