Siete mujeres gallegas ponen rostro al tesón, trabajo y carácter necesarios para crear unos vinos únicos: D.O. Rías Baixas

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Rías en la costa occidental gallega, tierras verdes, húmedas, con vides a menudo en pérgolas sujetas por postes de granito, expuestas al viento, al sol, a la lluvia y a la niebla. Así es Rías Baixas, la Denominación de Origen de la uva Albariño, pero también de otras valiosas variedades autóctonas, como Caíño, Treixadura o Loureiro Blanca, entre otras. ¿El resultado? Vinos únicos, con el carácter del Atlántico, versátiles, creados con la fuerza y el tesón de más de 5.000 viticultores, herederos de los 492 pioneros que fundaron la D.O.

Nos acercamos a Rías Baixas, con la ayuda de siete mujeres gallegas ligadas al vino y a la viticultura en este terruño prodigioso. Para situarnos, Almudena Rodríguez, técnica del C.R.D.O. Rías Baixas, aporta algunas cifras: “Somos una Denominación que engloba cinco subzonas situadas en la región atlántica. Contamos con aproximadamente 4.200 hectáreas repartidas sobre 22.000 parcelas, inscritas sobre 180 bodegas y 5.000 viticultores, o sea que es un volumen considerable”, explica.

Carácter atlántico

Los vinos Rías Baixas se elaboran en un entorno natural envidiable. Sus viñas miran al océano cara a cara y es precisamente el Atlántico el que hace únicos a estos vinos. La fuerza, el carácter e incluso el espíritu del océano Atlántico quedan encerrados en las botellas e inundan las copas una vez que las descorchamos.

Si los vinos de Rías Baixas son únicos, no es solo por su terruño o el océano. Hay otro factor de vital importancia: su apuesta por las variedades autóctonas

“Logramos que el vino sea el reflejo del origen”, explica Alexia Luca de Tena, enóloga de Bodegas Viña Nora. Las rías dibujan un perfil costero que protege los territorios de los embates del océano. Valles y colinas a una altitud que no supera los 300 metros sobre el nivel del mar, donde las uvas dan lugar a un vino excepcional. Y el mismo Atlántico, lleno de fuerza y de vida, se traduce en un clima suave, con temperaturas estables, sin riesgo de heladas y abundante lluvia.

“El mercado, hoy en día, lo que más valora en un vino es que tenga identidad propia y que refleje los aspectos que están vinculados a su origen. Y en Rías Baixas, por la climatología que tenemos, gracias a que estamos cerca del océano Atlántico, es una climatología muy suave, tenemos suelos de granito descompuesto que hacen que las variedades se expresen muy bien”, añade Luca de Tena. En definitiva, el terruño en Rías Baixas permite que sus variedades de uva se manifiesten con plena intensidad.

Siete mujeres gallegas ponen rostro al tesón, trabajo y carácter necesarios para crear unos vinos únicos: D.O. Rías Baixas. Foto: D.O. Rías Baixas

Variedades únicas y autóctonas: seña de identidad

“Galicia es única, no hay otra. Pienso que es incomparable con otros sitios”, asegura Esther Pérez, viticultora de la Cooperativa Vitivinícola Arousana S.C.G. (Paco & Lola). Si los vinos de Rías Baixas son únicos, no es solo por su terruño o el océano. Hay otro factor de vital importancia: su apuesta por las variedades autóctonas.

Incluso cuando en otras zonas y regiones se cambiaban viñas para apostar por otras variedades, porque producían más, porque estaban bien aceptadas o, sencillamente, porque estaban de moda, en Galicia se mantuvieron fieles a sus uvas.

Mientras el mundo del vino se ha globalizado, Galicia ha mantenido las variedades de cultivo tradicional y no se permite en la DO cultivar y producir vinos con variedades foráneas

Diez variedades de uva, de las aproximadamente 10.000 que existen en todo el mundo, son las dominantes, nos explica Mar Vilanova, investigadora del CSIC en el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino. “El mundo de los vinos se ha globalizado y se ha producido una gran globalización varietal. En eso Galicia se diferencia porque no ha entrado en esta globalización, sigue manteniendo las variedades de cultivo tradicional y no se permite en la Denominación de Origen cultivar y producir vinos con variedades foráneas”, añade.

Junto a la Albariño, dentro de las variedades de uva blanca acogidas por la Denominación de Origen se encuentran: Loureira, Treixadura, Caíño Blanco, Godello y Torrontés. Junto a ellas, las uvas Caíño Tinto, Castañal, Espadeiro, Loureira Tinta, Sousón, Mencía, Brancellao y Pedral, respecto a las tintas.

Hoy lo sabemos bien, esa apuesta por las variedades autóctonas es uno de los grandes aciertos de Rías Baixas. Estas variedades son resistentes a la climatología propia de la zona y confieren un carácter y calidad genuinos al vino. “La variedad de uvas, el sitio donde estamos y el amor con el que se hace”, destaca Rosa Ruiz, gerente de Bodegas Santiago Ruiz. “Cuidar la uva, como decía mi padre, ‘desde la cepa hasta la copa’ y luego a la hora de la vendimia, cuidar que entre la uva perfecta. Todo eso hace que el vino salga bien”.

Detalle Botella Rias Baixas. Foto: D.O. Rías Baixas

Albariño, reina de Rías Baixas

Hablar de Albariño es hablar de Rías Baixas, de Galicia y de su identidad. Esta uva, de hecho, representa el 97% de toda la producción de la Denominación de Origen. La uva Albariño es, ahora mismo, una de las más apreciadas en España. Estamos ante una variedad que se cultiva en Galicia, pero que también puede hacerlo en otras zonas de España o incluso del mundo. Sin embargo, solo en las viñas de Rías Baixas, gracias a ese terroir y al Atlántico, como hemos visto, desarrolla su máxima expresión, y saca todos sus matices y carácter.

Albariño Rías Baixas’ será como lo veremos en las botellas. Esto nos indicará que estamos ante un vino monovarietal, elaborado exclusivamente con esta variedad de uva, en la D.O. Rías Baixas. En cualquier caso, que no cunda el pánico. Hay poco margen de error gracias a esta curiosidad: la uva Albariño es la única variedad especialmente protegida en España. Gracias a esto, en España solo se puede etiquetar un vino como Albariño si el pliego de condiciones de la Denominación de Origen al que pertenece incluye esta uva entre sus permitidas.

Siete mujeres gallegas ponen rostro al tesón, trabajo y carácter necesarios para crear unos vinos únicos: D.O. Rías Baixas. Foto: D.O. Rías Baixas

¿Vinos tintos? Sí, también vinos tintos

Su producción es aún pequeña en comparación con los vinos blancos de la Denominación de Origen y, en especial, del Albariño Rías Baixas. Sin embargo, las bodegas cada vez apuestan más por ellos y en los últimos años se ha intensificado la recuperación de cepas antiguas de uvas tintas. Los vinos tintos D.O. Rías Baixas tienen un enorme potencial y se están haciendo un hueco en el mercado.

Aunque su producción es pequeña en comparación con los vinos blancos, los tintos Rías Baixas tienen un enorme potencial y se están haciendo un hueco en el mercado

Son vinos muy frescos, ligeros y de buena acidez. Una de sus características diferenciadoras es que no necesitan madurar en barrica. Gracias a esto, son vinos aromáticos y frutales en nariz y boca, también con aromas minerales y salinos. En definitiva, son delicados, finos, ligeros y frescos, muy versátiles a la hora del maridaje.

Los vinos tintos Rías Baixas se pueden elaborar con cualquiera de los ocho tipos de uvas tintas autóctonas que están permitidas. Y al contrario de lo que ocurre con los blancos, no hay coupages definidos con proporciones específicas por tipos de uvas. Condado de Tea es la subzona de Rías Baixas con mayor producción de vinos tintos.

Maridajes: un vino versátil muy adaptable

Si nos tenemos que quedar con una característica de los vinos de Rías Baixas, sería su versatilidad. Gracias a ella, su maridaje nos lleva hasta lugares, sabores y cocinas insospechadas. “Son vinos versátiles, son vinos fáciles de entender, fáciles de acompañar, acompañan a un amplio espectro de gastronomía diferente, tanto la local de pescados, mariscos, etcétera… como la gastronomía internacional”, explica Eva África Mínguez, directora de Marketing del C.R.D.O. Rías Baixas.

Maridaje. Foto: D.O. Rías Baixas

Por supuesto, su elegante acidez y su frescura hace que estos vinos sean perfectos para la cocina gallega, con algunos de los mejores pescados y mariscos del mundo. Unas vieiras a la plancha, una centolla, almejas a la marinera, mejillones al vapor, pulpo á feira o pescados, como la merluza o el rodaballo, no pueden tener mejor armonía. Su temperatura de consumo, entre los 10° y 12°C, junto a sus notas balsámicas y minerales hacen que este vino sea perfecto para conservas, frituras y también para sabores más fuertes, como el de la lamprea.

En general, los vinos de Rías Baixas y los Albariños Rías Baixas se adaptan muy bien a aperitivos, maridan a la perfección con todo tipo de quesos, especialmente con los cremosos y los elaborados con leche de cabra y oveja de media curación. Sin olvidarnos del jamón. Su frescura equilibra muy bien la untuosidad de estos productos.

Ahora bien, si los vinos de Rías Baixas han conseguido sorprendernos es con la cocina internacional. Muestran su mejor cara con la gastronomía japonesa. Su acidez realza el sabor del pescado que tanto respeta la cocina nipona. Pero sigue funcionando cuando entramos con su fritura por excelencia, la tempura, guisos y sopas, como el ramen, o carnes tan delicadas como la de Kobe.

Y en este camino de crear armonías sorprendentes con los mejores platos de pescado del mundo, tampoco debe sorprender que un Albariño Rías Baixas sea el mejor maridaje para un ceviche peruano o un taco de pescado mexicano. Mucho más sorprendente resulta cuando encontramos que los vinos de Rías Baixas crean un maridaje de contraste perfecto con cocinas tan exóticas como la india o la tailandesa, llenas de especias, intensidad y picantes.

Denominación de Origen Rías Baixas

“Creo que el vino está en todos mis recuerdos. He crecido en una familia bodeguera. Desde siempre recuerdo estar en este entorno y vincularme con el vino”, asegura Alexia Luca de Tena, enóloga de Bodegas Viña Nora. En efecto, en Rías Baixas existe una profunda tradición vitivinícola.

De hecho, tal y como recoge el libro ‘La maravillosa historia del vino en Galicia’, del periodista Luis Congil, la Casa Real Británica tenía a los vinos de la actual D.O. Rías Baixas entre sus favoritos en el siglo XVII. Asimismo, documenta la presencia temprana de Albariño en el Vigo romano del siglo I.

Viñas. Foto: D.O. Rías Baixas

Sin embargo, no sería hasta 1988 cuando se constituye el Consejo Regulador, lo que “marca un antes y un después”, asegura Marisol Bueno, gerente de Pazo de Señoráns y primera presidenta del C.R.D.O. Rías Baixas. “Después de mucho luchar, porque no es como ahora que las Denominaciones se dan desde arriba, sino que hubo que lucharla desde abajo, nos aprobaron, por fin, la Denominación de Origen Rías Baixas. Yo creo que ese es un momento importante y el que marca el principio de todo”, añade. Y sentencia: “Un gran vino blanco para el mundo”.

Fotos | D.O. Rías Baixas

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