La deficiencia de vitamina D es una realidad cada vez más evidente entre nosotros. Según un estudio científico, una amplia parte de la población a nivel mundial sufre un déficit de este componente en su cuerpo, algo que también le sucede a un 75% de la población española, según indica una investigación llevada a cabo por la revista Nature. Las cifras nos dejan clara una cosa, necesitamos aumentar nuestros niveles de esta vitamina. Sabemos que nuestro cuerpo la sintetiza a través de la exposición solar, entonces, ¿cómo hacemos los meses de invierno?
Nuestro organismo puede producir vitamina D de forma natural cuando recibe luz solar, de ahí que durante el verano la falta de este componente no tiende a preocuparnos. Y es que esta vitamina, apodada la de la longevidad, como indica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, ayuda a nuestro cuerpo a absorber el calcio, un componente esencial para el sistema nervioso, muscular e inmunitario. Su deficiencia trae consigo efectos secundarios, dando lugar a fatiga, dolor muscular, dolor de huesos, pérdida de cabello o cambios del estado de ánimo y comportamiento, entre otros.
Existen alimentos que nos ayudan a sintetizar la vitamina D y a los que debemos de prestarles especial atención ahora que los días cada vez son más cortos y las horas de luz disminuyen. Aún sí, salir a la calle de día, sigue siendo esencial, de hecho los expertos de Vitónica indican que, con 15 minutos al sol, tres veces por semana, podría asegurarse un mínimo de vitamina D.
Los suplementos son una opción a la que muchas recurren en invierno, pero hay que tener en cuenta que no es la única vía posible para evitar un déficit. A través de una dieta equilibrada donde estén muy presente alimentos ricos en este componente podemos evitar una deficiencia en nuestro cuerpo de vitamina D. Para ello tomamos nota de las recomendaciones de nuestros compañeros de Vitónica, que ponen en el radar alimentos que tienes que añadir a tu carrito de la compra estos meses de frío.
En la lista de imprescindibles en tus comidas encontramos pescados como el salmón o las sardinas, incluso las ostras que, aunque no las tomemos de forma asidua, destacan especialmente por su contenido en vitamina D. También incluimos los cereales enriquecidos, productos lácteos como quesos, yogures y leche, además de las variedades de soja, hongos, setas y huevos. El mix perfecto para hacer frente al déficit de vitamina D es tu dieta. Eso sí, yo siempre la combino con un paseo al aire libre bajo el sol, para ayudar a que se sintetice mientras hago un poco de ejercicio. El truco definitivo es comer saludable y hacer frente a la pereza saliendo a la calle.
Fotos | Vlada Karpovich en Pexels, Anastasia Shuraeva en Pexels
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