Hay días que sales a las 7 de la mañana de casa, pelada de frío y cuando llega la hora de comer y el sol ha remontado en el cielo, te asas de calor, sobre todo durante el entretiempo. ¿Cuántas veces te has preguntado cómo podrías evitar tener que vestirte con mil capas? Pues científicos de la Universidad de Maryland lo han pensado por ti. Afirman haber inventado un tejido que se adapta a tu temperatura corporal. Si tienes calor te refresca y si tienes frío, te calienta.
Un tejido que interactúa con el calor humano
Según el estudio que ha presentado la universidad de Maryland, las fibras que forman el tejido tienen la capacidad de regular sus propiedades térmicas en función de los cambios de temperatura del cuerpo humano. El funcionamiento es más sencillo de lo que pueda parecer. El hilo está formado por fibras de dos materiales sintéticos diferentes: uno absorbe agua y el otro la repele. Las hebras del hilo están recubiertas con nanotubos de carbono, una clase especial de metal conductor ligero que es sensible a la radiación infrarroja.
Si esa fibra de celulosa se calienta o humedece, tal y como pasaría cuando tenemos calor, se contraerán. De esta manera los espacios entre los hilos se amplian y el calor sale por ellos. Esto producirá un efecto de enfriamiento y modificará el acoplamiento electromagnético entre los nanotubos de carbono en el recubrimiento. Si tienes frío, las fibras estarán también frías y se expandirán para evitar que el calor salga, produciendo el efecto contrario.
No se trata de que cuente con inteligencia artificial que detecte que estamos tiritando de frío, sino que es un proceso automático fruto de la distribución de los hilos y del material conductor con el que está fabricado. Según han informado los desarrolladores, el tejido podrá lavarse con normalidad y teñirse como cualquier otra tela.
Los usos de un tejido adaptable van más allá de la ropa
No es solo que pueda ser práctico para la ropa deportiva, por ejemplo, sino que los creadores del tejido han pensado en su uso para ahorrar energía en las casas, por ejemplo. Si utilizan la fórmula como una pintura, podrían emplearla como recubrimiento de edificios, mejorando su eficiencia energética. Si funciona, no perderá tanto calor en infierno y estará más fresco en verano.
De momento el diseño no es muy atractivo, pero seguro que los grandes diseñadores podrían hacer auténticas maravillas. Amancio: tal vez es el momento de comprar esta patente antes de que se te adelante nadie.
Foto| Unsplash, University of Maryland