La comida es, de toda la vida, una forma ideal de expresar amor. Si buscas un restaurante especial para conquistar por el estómago, hemos reunido los mejores de Madrid. Nuevas aperturas y clásicos que nunca fallan para sorprender con la localización de la celebración a esa persona.
No necesitas una ocasión especial para reservar y regalaros una comida genial, pero si quieres planear una velada perfecta este lunes 14 de febrero puede que te demos una idea.
Hemos seleccionado opciones para todos los gustos y puedes encontrar desde comida japonesa a tradicional gallega, pasando por italiana, y algunos más formales y otros más informales. Todos perfectos para pasar un rato agradable e igualmente estupendos para una comida de Galentine's day con amigas. Que el amor no solo existe en las parejas.
Zuma (Paseo de la Castellana, 2)
Abierto el 15 de diciembre, Zuma es el nuevo place to be de la capital. Y es que su éxito Miami, Londres, Nueva York, Dubai y Hong Kong le preceden. Por algo es el favorito de muchas celebrities internacionales.
¿La comida? Tradicional japonesa con una visión más contemporánea. Una filosofía de cocina moderna, elegante y sofisticada, que se ha inspirado en el estilo gastronómico japonés más informal: izakaya. Un menú auténtico, pero nada tradicional.
La cocina de Zuma se compone de tres componentes diferentes: la cocina principal, la cual ofrece una selección de platos contemporáneos, el Sushi Bar, con chefs dedicados exclusivamente al sushi y la parrilla robata, un concepto que se origina en el estilo de la cocina de los pescadores del norte de Japón.
Además, un gran abanico de sakes premium, licores japoneses y exclusivos cócteles.
The Fitzgerald Burger Company (Av. de Brasil, 14)
Un concepto disruptivo e innovador, centrado en el mundo de las burgers gourmet por un precio ajustado, en un ambiente singular y cuidado al detalle.
Sus hamburguesas se cocinan cada día en un horno Josper con brasas de carbón vegetal. Para ello, utilizan la mejor carne de primera calidad, que proviene de ganado criado con alimentación 100% vegetal y en condiciones de bienestar. Una carne que se pica de forma artesanal para mantenerla natural, sin hormonas ni conservantes y siempre fresca, sin congelar, para conservar su sabor y ternura.
Asimismo, los panes se elaboran de manera artesanal, con ingredientes naturales, sin conservantes ni aditivos artificiales, lo que garantiza una masa fresca y de confianza y las verduras con las que se elaboran los platos de su menú son ecológicas y de huertos de proximidad.
Martinica (C. del Pinar, 6)
Un restaurante para viajar por los cinco continentes a través del gusto. Sus platos están basados en la cocina mediterránea con mucha presencia de producto nacional, fresco y de mercado que conviven con técnicas e influencias de Japón, México, Marruecos y Cerdeña. Y su propuesta líquida repasa denominaciones de origen nacionales hasta un total de 50 referencias entre tintos, blancos y rosados. Esta se completa con una variada oferta de mixología.
Su decoración es una maravilla. Está inspirado en una reconocida fotografía de Salamanca en la que puede verse el río Tormes, un bosque previo a la ciudad, la Casa Lis, y la Catedral al fondo, unos escenarios que se recorren desde el interior al exterior de la sala. El espacio consigue envolver al comensal en un ambiente se sensaciones que acompaña a la perfección para disfrutar de cada minuto e incluso dar un paseo por Salamanca sin salir de Madrid.
Ganz Wine bar (C. de Almadén, 9)
Un imprescindible en el barrio de Las Letras, aclamado por su extensa carta de vinos y el conocimiento infinito de su dueño que aconseja a sus clientes a la hora de maridar la comida. Ofrece exposiciones de arte en sus paredes y es famoso por su tarta de queso. Una delicia con toques de queso azul lo suficientemente jugosa para los que no pueden con la cheesecake demasiado cuajada y adoran ese toque cremoso en una buena porción. También merece la pena probar su steak tartar.
Udaipur (Paseo de la Castellana, 74)
Un paraíso exótico y multicolor decorado al detalle (tiene un jardín de flores preservadas en el techo, lámparas y sillas de diseño, neones, mucha vegetación, terciopelos estampados y dos terrazas exteriores).
En su carta, varios platos típicos de la gastronomía india y otro de fusión India con un toque innovador y creativo sin perder su esencia tradicional como las Begen Cheese Pakora, berenjenas rellenas de queso y especias empanadas con harina de garbanzo.
Ofrecen un menú degustación con una selección de lo mejor de su carta y una carta de cócteles de autor elaborados al momento con frutas exóticas y un toque spicy.
Trenco Gastrobar (C. de la Infanta Mercedes, 105)
Una versión actualizada de las tradicionales casas de comidas con una amplia selección de los mejores productos de nuestra tierra. Un espacio íntimo y desenfadado donde se reinventan los clásicos de la gastronomía española.
La milhoja de bacalao, el venado o la dorada en papillot son algunos de los platos estrella. Otro de sus puntos fuertes son los tradicionales platos del día, como el cocido, los callos a la madrileña, el confit de pato con arroz salvaje o los chipirones con tomate en tempura. Para terminar, no podía faltar la tarta de queso, el tiramisú o la torrija versionada en pan brioche.
Además, cuentan con el sistema Coravín, que ofrece la oportunidad de probar grandes marcas por copas.
Fratelli Figurato (Alonso Cano, 37)
Con la intención de buscar lo auténticamente italiano a precios populares, este restaurante acerca a los madrileños la auténtica pizza napoletana, caracterizada por su masa de pan y base delgada - 3mm - con bordes altos de 2cm, además de por su cocción rápida dejándola húmeda, suave y no demasiado hecha.
Su carta, tiene pizzas clásicas para los más tradicionales y, como expertos, le han dado su toque personal creando pizzas no convencionales con ingredientes muy variados.
La pizza favorita es la Rock&Roll con mozzarella, lonchas de panceta, aceite de pesto y pimienta negra.
Le club Sushita (Alcalá, 63)
El restaurante más especial del grupo Sushita está inspirado en el apartamento de Karl Lagerfeld. Enamora con su estética setentera y cálida y es la apuesta más arriesgada y alocada de todos los que tienen.
Destaca por su sushi d altura, la música en vivo y sus cócteles. Uno de los platos estrella es el gunkan de toro envuelto en hoja de soja.
Las Brasas de Castellana (Paseo de la Castellana, 22)
Dentro del hotel Rosewood Villa Magna, este restaurante ofrece una experiencia visual protagonizada por la cocina de las brasas que conecta con cada comensal. Un entorno lleno de espacios únicos, como La Cava, que aportan una nueva luz en mitad del Paseo de la Castellana.
Tiene una selección de platos de mar y tierra en las cenas, preparados a las brasas o al horno y una decoración luminosa y acogedora.
Cena en A'Ollo y copas en Le Tabernier (C. de Mesonero Romanos, 13, 7ª Planta)
Esta terraza, ubicada en la séptima planta del hotel INNSiDE by Meliá Madrid Gran Vía, concentra lo mejor de las viejas tabernas portuarias de la Marina Coruñesa en pleno centro de Madrid. Su terraza de invierno tiene 500 metros cuadrados acondicionados con cristales para cortar el viento y calefactores, además de mantas, que permiten vivir todo su ambiente también en esta estación del año.
La merluza a 63º con guisantes y ajada ligada o las vieras a la gallega con patata trufada, kikos y Módena, son algunos de los platos estrella. También tienen un menú especial San Valentín con carpaccio de gamba al ajillo, terrina de Foie con manzana salteada, puré de orejones y tostas, huevos rotos con cigala, trufa y jamón ibérico, arroz del señorito con solomillo y coulant de chololate especial San Valentín.
Para finalizar, la propuesta es subir una planta más arriba y adentrarse en el cielo madrileño desde Le Tavernier dejándose llevar por su carta de combinados o cócteles (la promoción San Valentín incluye 2 copas) y deleitándose con las vistas inmejorables a la Gran Vía y al skyline de la capital, sin duda, romanticismo en estado puro.
Fotos | Cedidas por los restaurantes