Podría contarte en primera persona por qué apuntarme a cerámica ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida o decirte todo lo que mi cuerpo y mi mente notan desde que lo practico, pero al final sería mi percepción y preferimos que conozcas las de los expertos.
Hay quien habla de conexión con uno mismo, de mindfulness, de liberación de estrés y disminución de la ansiedad, y hasta quien asemeja sus beneficios a los de una clase de yoga. Es el hobby de moda y sí, tiene muchas cosas buenas.
Los beneficios de practicar cerámica
Practicar cerámica tiene beneficios físicos sobre brazos y manos ya que mejora la coordinación ojo-mano y la movilidad y desarrolla habilidades manuales. Isabel tiene un taller en Madrid, Rayaduradesandía en la calle Calatrava 9, en el que da clases de cerámica y escultura. Estudió Alfarería y Cerámica Artística en la Escuela de Arte Francisco Alcántara de Madrid y se ha formado con Joan Jacer en la Escuela de Cerámica de La Moncloa, además de en la Escuela de Arte de La Palma y en Arts and Crafts Studio (ASNUM) de Alburquerque, en Nuevo México.
Tal y como nos explica la experta, “se va adquiriendo destreza manual con el manejo de herramientas, y vivimos un crecimiento personal porque no sólo transformamos el barro en nuestras manos sino con el tiempo el barro nos transforma a nosotras.”
Este tipo de actividades ayuda a reducir el estrés como lo haría pintar, cocinar o bordar. Isabel lo compara con la meditación: “Nos relaja porque al concentrarnos en la tarea se nos olvida todo”, pero también habla de confianza y seguridad “al ver que somos capaces de hacer cosas que ni imaginábamos”, y como no, de la paciencia que desarrollamos “al tener que respetar los procesos del material y de trabajo”.
Trabajar con el barro en cerámica o escultura nos ayudará a explorar nuestra creatividad, a experimentar, a trabajar la paciencia y a aprender a gestionar nuestra frustración “al tener que lidiar con fallos o resultados que no queríamos”.
Además es una ventana a la creatividad. “Pensar que queremos hacer y cómo, y tener que dar solución a problemas que nos vamos encontrando en el desarrollo de la pieza nos ayuda a desarrollar la creatividad”.
Y después de practicar la cerámica durante los últimos tres años de mi vida, doy fe de todos estos beneficios. Las tres horas de mi taller de cerámica son un remanso de paz que no cambio por nada.
Tres razones para apuntarte al hobby de moda
Todo el mundo puede hacer cerámica
“Si no nos limitamos a los resultados y valoramos el proceso: proyectar la pieza, tocar el barro, manejar la herramienta y sobre todo pasarlo bien haciendo, todo el mundo puede hacer cerámica”, asegura Isabel. “Lo importante es disfrutar en el proceso de trabajo, porque eso se acabará notando en la pieza y en la felicidad de la persona.”
Comenzar con algo sencillo como este curso de “Cerámica en casa para principiantes” que nos ofrecen en Domestika, o este otro de Clarina Ceramics de “Diseño y creación de piezas de autorriego”, es una forma de que pruebes.
Cerámica en casa para principiantes. Un curso de Paula Casella Biase, Ceramista
Cerámica: diseño y creación de piezas de autorriego. Un curso de Clarina, Ceramista
En Rayaduradesandía tienen cursos presenciales de Iniciación a la cerámica e iniciación al modelado en formato intensivo, o cursos anuales para ir descubriendo semanalmente cómo hacer piezas funcionales, o esculturas.
Porque lo bueno de la cerámica es que podemos hacer desde una taza a un personaje como los que enseña Nastia Calaca en su curso “Diseño de personajes con cerámica: explora el color y la textura”, o incluso piezas que podemos llevar puestas como joyas de cerámica.
Diseño de personajes con cerámica: explora el color y la textura Un curso de Nastia Calaca, Ceramista
Joyería de cerámica para principiantes Un curso de Julieta Álvarez, Artista cerámica
Podemos aumentar la dificultad a nuestro ritmo
No creas que en la primera clase de cerámica a la que asistas harás una pieza como la de Demi Moore en Ghost. Lo ideal es comenzar poco a poco y aumentar la dificultad con el paso del tiempo y en base a tus propias habilidades y preferencias.
Tal y como nos explica Isabel, la mejor forma de comenzar a practicar cerámica es usando técnicas sencillas como “la de pellizco que es muy de tocar y sentir el barro”. En sus propias palabras “no hay que complicarse la vida. Una de las cosas más fascinantes del barro es su versatilidad”.
Podemos hacer cerámica con o sin torno, usando planchas, con nuestros dedos o incluso con moldes, como en este curso de Xenia Bass. Decorar con un simple punzón, con plantillas o con técnicas tan sencillas como el esgrafiado, por ejemplo, o practicar algo más complejo pero precioso como el Kintsugi, una técnica japonesa con un significado muy profundo.
Creación de moldes para la reproducción cerámica Un curso de Xènia Bas, Ceramista
Introducción al Kintsugi: restaura tu cerámica con oro Un curso de Clara Graziolino, Artista cerámica y experta en kintsugi
Será tu oasis (y podrás tener vajilla nueva y hecha a mano)
Por muy complicada que haya sido la semana cuando notes el barro entre tus dedos todo se disipará. No falla. Y no olvides que hay una parte de la cerámica con la que podemos hacer objetos funcionales que van desde tazas, a boles, ensaladeras, bandejas o platos, así que tener una vajilla hecha a mano (y completamente única) nunca estuvo tan cerca.
Además, puedes probar con los cursos presenciales de estudios ceramistas de tu ciudad con los que interactuar y compartir momentos con el resto de alumnos. En Madrid por ejemplo nuestros estudios favoritos además de Rayaduradesandía son Espacio Dual (Plaza de Mondariz, 13), Clarina Ceramics (Calle del Olivar, 44), y Lumbre y barro (Calle Gaztambide, 24), aunque cada vez hay más opciones y seguro que tienes alguna cerca de casa.
Una vez que lo pruebes, caerás para siempre en los amorosos brazos de este arte. Palabra de adicta.
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Fotos | Courtney Cook, Earl Wilcox, Alex Jones, Cassidy Phillips, Yana Hurskaya, Andy Kelly, Tom Crew, Diana Light y Anne Nygård en Unsplash