Anoche Hedi Slimane montó el mejor plan de viernes noche para las francesas. Porque el diseñador sabía que la noche pedía marcha y la dio al más puro estilo Celine, con un desfile Otoño-Invierno 2020/21 lleno de propuestas rock con aires burgueses que llevaron la actitud destroyer-chic, los brillos y los aires ochenteros a la Semana de la Moda de París.
Cuando decimos rock&roll con toques burgueses hablamos de lo que las niñas bien habrían llevado a un concierto de los Rolling Stones en los 70's. Vestidos midi ceñidos a la cintura con cadenas, sandalias de plataforma altísima, pantalones de campana de pana y terciopelo y mucha chupa de cuero para esconder el espíritu preppy. Todo ello con el bolso Sulky de 1966 bajo el brazo.
Porque las señoritas bien de Hedi Slimane vienen desde los 70's con sus faldas cortas, sus camisas de cuellos pespunteados y lazadas y sus merceditas. Todo ello adornado con gafas de sol, abrigos de pelo, cortes shag y bikers de cuero para parecer las más modernas. Un truco que el diseñador ha sacado de su experiencia en Saint Laurent y del que Alexa Chung es el máximo exponente.
Ellas son las chicas Celine, las que irían a un concierto de rock con el estilismo dandy más aniñado. O con el glamour bien subido a la cabeza a base de lentejuelas y botas mosqueteras. Porque ellas son divas, ellas entran con pases de backstage y lo dan todo en el reservado. Una visión idílica del estilo nocturno setentero que sabe a fiestas decadentes, a savoir-faire parisino pasado por humo de cigarros y twist y a noches que terminan discutiendo sobre política en un salón con cristaleras.
