Paula perdió a Sultán, su perro de 12 años, el mes pasado y desde entonces le invade un sentimiento de tristeza profundo que aún no ha podido sanar. Como tantas otras personas, Paula se encuentra con la sensación de que, al haberse muerto un animal y no un ser humano, es como si el dolor que siente no fuese legítimo y no pudiese sentir la pérdida de forma intensa...
Estamos ante lo que se conoce como un 'duelo desautorizado'. ¿En qué consiste, por qué se origina y cómo podemos acompañar ese dolor?
El duelo desautorizado y sus causas
"El duelo desautorizado, también llamado duelo silente o duelo prohibido, es aquel que nosotros mismos, el entorno o la sociedad en la que vivimos nos niega o nos fuerza a no expresar de la forma en que necesitaríamos", explica Guillermo Zurita, médico y psicoterapeuta en Instituto Galene.
Como en cualquier duelo, quien ha sufrido la pérdida se enfrenta a los síntomas emocionales que esta situación conlleva: puede sentir rabia, ansiedad, miedo, culpa, confusión, tristeza, un shock emocional...
¿Pero qué nos lleva realmente a silenciar este dolor? José Zurita y Macarena Chías, médico psicoterapeuta y psicóloga-psicoterapeuta respectivamente, recogen en 'El duelo terapéutico' que existen miles de variantes: la educación y reglas de comportamiento establecidas en la sociedad (ideales, formas de ver la vida), la falta de tiempo para la convalecencia por la pérdida, la carencia de reconocimiento social o de modelos de apoyo.
Guillermo Zurita asegura que, muchas veces, somos nosotros mismos quienes, probablemente por factores externos, deslegitimamos nuestras emociones sobre una pérdida. Al no darle un espacio a esta realidad, se presenta un conflicto interno y una dificultad para manejar nuestras propias emociones.
Como consecuencia, la angustia del que vive una de estas experiencias le impide compartir sus emociones y de ahí que acabemos en un proceso de duelo no permitido.
El entorno desacredita nuestras muestras de dolor
"Puede suceder que desde el entorno nos manden mensajes desacreditando nuestras muestras de dolor, ya sea menospreciando la pérdida o incluso ridiculizando la importancia que podamos estar dándole. También existe la posibilidad de que no nos mostremos auténticos y desacreditemos nuestro propio duelo como una anticipación de la reacción del entorno", añade.
El doliente recibe minimizaciones sobre su derecho a la tristeza. "Entre las frases que suelen escucharse y que animamos a evitar pueden estar 'bueno, por suerte es un perro' o 'puedes tener otro'. Cuando las oímos, lejos de ayudar, nos dificultan poder mostrarnos emocionalmente auténticos con lo que estemos sintiendo", explica el psicoterapeuta.
Cómo desbloquearlo para empezar a sanar
Tienes derecho a expresar
El experto explica que lo primero que debemos hacer es familiarizarnos con el proceso de duelo. Un duelo por una mascota puede generar la misma intensidad que un duelo por un ser humano. Tienes todo el derecho a expresar y realizar tu proceso de duelo, el que tú necesites.
"Una de las bases que me gustaría recalcar es la importancia del respeto que debemos a todas aquellas personas que, como consecuencia de una pérdida, se encuentran en duelo", recalca Zurita desde Instituto Galene.
Busca un entorno seguro y pide ayuda si lo necesitas
Se trata de cuidar que la persona viva el duelo de manera natural y saludable. Para elaborarlo, la persona necesita de su entorno social, de individuos que entiendan su tristeza y que estén dispuestas a escuchar.
En muchas ocasiones no nos sentimos arropados por el entorno y este apoyo es fundamental. "Si crees que remas en soledad busca ayuda fuera de tu entorno, ya que uno de los elementos más importantes en cualquier duelo es el acompañamiento emocional", advierte el experto.
Cómo superar el duelo
"El duelo es un proceso doloroso que hay que afrontar para poder sanar y continuar con nuestra vida", nos cuenta por otro lado el psicólogo Gonzalo Martín, y recalca que no existe una receta igual para todos, "pues cada duelo es un mundo y cada uno tiene una manera de enfrentarlo".
Sin embargo, sí existen unas pautas para enfrentarnos y superarlo. Hemos de considerar en qué fase estamos, las emociones que experimentamos y el tiempo que ha pasado desde la pérdida:
- No hay un tiempo establecido para 'superarlo': ante un acontecimiento de impacto, la tendencia será negarlo hasta que se pueda empezar a asumir (fase de negación). No te metas presión en hacer el duelo rápidamente, no hay prisa. Es un proceso que necesita tiempo.
- Acepta la pérdida: es el primer paso para aceptar la realidad, poder enfrentarnos a ella y cambiar algo. Muchas veces no se acepta la realidad porque el miedo a afrontarla es tan duro, bloqueante y asustante que puede dejar a las personas fuera de juego.
- Expresa tus sentimientos y acógelos: sería la fase de protesta y de tristeza, el momento de soltar todas nuestras emociones, especialmente la rabia y/o el llanto que nos provoca esta situación. Posteriormente, en la fase de aceptación emocional es cuando llega el momento de decir adiós, después de haber expresado y canalizado las emociones de la pérdida (y ya sin esa carga emocional tan intensa).
- Cuídate: Cuando perdemos a alguien, lo primero que hacemos es descuidarnos.
- Hablar de nuestro ser querido desde la gratitud: hablar del animal que hemos perdido ayudará a desbloquear el dolor y la tristeza. Dar las gracias por todo lo bueno que nos llevamos de esa relación y conectar con el agradecimiento profundo de aquellos momentos positivos y agradables vividos en la relación que se acabó.
- Esperanza: la reconocida psiquiatra y escritora Kübler Ross denomina a esta fase 'esperanza', refiriéndose a la fase de los nuevos apegos, última etapa del duelo. El proceso de despedida ha terminado y ello nos permite abrirnos a una nueva relación, en este caso a la llegada de un nuevo perrito si así lo deseamos.
"Identificamos el final del duelo principalmente cuando conectamos con la capacidad de amar de nuevo", explican Zurita y Chías. En cualquier caso, los expertos recuerdan que si estamos atravesando un proceso de duelo y necesitamos ayuda para superarlo, no dudemos en acudir a un profesional.
Fotos | 'Marley & Me' (2008), 'El duelo terapéutico' (José F. Zurita y Macarena Chías)