Según el Índice para una Vida Mejor de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico Suecia es uno de los mejores países si atendemos al bienestar y a la calidad de vida. Igual que el famoso hygge o el menos conocido wabi-sabi, el gökotta es una filosofía de vida, un estilo que nos promete felicidad y que es el secreto de los suecos.
Lo llaman el secreto sueco de la felicidad, y como necesitaba algo que redujera mi estrés diario, empecé a practicarlo hace ya un mes.
Qué es el método gökotta
Gökotta significa “cuco matutino”, aunque no existe una traducción demasiado literal de este término. Podríamos decir también que gökotta significa “levantarse temprano por la mañana para salir fuera y escuchar el primer cantar de los pájaros”. Se practica en Suecia desde el Día de la Ascensión (30 de mayo) hasta entrado el verano, cuando los suecos se levantan al amanecer, salen al campo y disfrutan del primer canto de la temporada del cuco. Hace referencia a una forma de disfrutar de la naturaleza y mejorar la productividad. Pero en realidad gökotta es un concepto, un sentimiento o estado de ánimo que evade la definición en sí misma.
Podríamos distinguir en el gökotta elementos de hygge y hasta del lagom, pero lo cierto es que si hacemos caso a la ciencia, es una filosofía respaldada por ella y que hace referencia a los relojes biológicos. Según la Sleep Foundation nuestros relojes “circadianos” internos se activan con la luz de la mañana, se activan las hormonas y la actividad. Los que madrugan, además, también tienden a dormir mejor por la noche, cuando nuestro cerebro responde a la oscuridad.
Hal Elrod afirmaba en su libro ‘Mañanas milagrosas’ que existen hábitos que deberíamos hacer antes de las 8 de la mañana todos los días para ser más felices y productivos, porque dedicar un tiempo a nosotras antes de empezar el día “nos aportará más energía y motivación durante el resto de la jornada”. Lo que haremos con el gökotta es intentar convertirnos en alondras y empezar nuestro día dedicándole tiempo a nosotras mismas y no directamente a trabajar.
Cómo he aplicado el gökatta en mi día a día
No importa a lo que dediques ese tiempo antes de empezar a trabajar. Lo importante según esta filosofía es dedicarte un tiempo a ti. Al principio puede que no sea fácil, no te engaño. En mi caso no soy una alondra, aunque tampoco un búho, pero cambiar mis ritmos ha costado un poco. Ahora bien, ahora me suena el despertador a las 6 y media y me levanto con una sonrisa porque sé que voy a empezar el día dedicándomelo a mí.
La experta en bienestar Linnea Dunne explica en su libro ‘Good Mornings’ que si no eres una persona mañanera y estás interesada en convertirte en una, puedes empezar el día meditando, haciendo ejercicio, leyendo, paseando, bailando, con un libro de gratitud o incluso poniendo en marcha la regla de las cinco horas de Bill Gates. Emplea ese tiempo en la mañana en algo que te haga sentir bien siempre que no tenga implicada ninguna pantalla. Hasta puedes dedicarlo a desayunar tranquilamente algo nutritivo que hayas preparado.
Lo bueno es que puedes adaptar gökotta a tu estilo de vida hasta si tienes poco tiempo, porque el autocuidado lo podemos practicar de mil maneras diferentes. Un consejo que me ayudó a cambiar el hábito y conseguir levantarme antes es poner el despertador fuera de mi habitación. Una vez salía de la cama para apagarlo, no había vuelta atrás.
Ahora, después de un mes practicándolo, no solo me noto más productiva sino más feliz, porque empiezo el día sabiendo que estoy cuidando de mí, de mi salud mental y de mi propio bienestar. Tanto, que es lo primero que hago en mi día.
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