Aunque fue Daniel Goleman con su libro ‘Inteligencia emocional’, quien empezó a estudiar la inteligencia emocional, este concepto ha sido estudiado en la psicología desde hace décadas. La inteligencia emocional nos ayuda a construir relaciones más saludables y con una conexión más profunda, pero también nos ayuda en el trabajo (una de las habilidades más valoradas y buscadas a día de hoy), nos ayuda a ser más empáticos y resilientes, a mejorar nuestra autoestima, a resolver conflictos y gestionar nuestras emociones.
Según la psicóloga Ana María Sepe, experta e investigadora en psicoanálisis y fundadora de Psicoadvisor, la inteligencia emocional nos ayuda a reconocer, utilizar, comprender y gestionar conscientemente las emociones, tanto las propias como las de los demás. Así, una persona con inteligencia emocional “tendría una mejor capacidad emocional, se conocería bien a sí mismo y a sus emociones y, en consecuencia, poseería las herramientas para acceder también a los sentimientos de los demás”. Casi todas las personas con una inteligencia emocional superior a la media tienen algo en común: la forma en que se comunican con otros. Existen expresiones que, si se utilizan a diario, denotan una mayor inteligencia emocional, y te las contamos para que puedas reflexionar sobre cuánto las usas y trabajes en añadir las que no utilices en tu día a día.
“No estoy seguro de qué pasa. ¿Podrías explicarme el problema?”
¿Y si cuando alguien te cuenta un problema, en lugar de reaccionar negativamente, te interesas por entenderlo mejor y tratar de solucionarlo? Esta frase es una puerta abierta al debate porque discutir puede hacerse de forma saludable siempre que usemos el respeto para ello. Como nos explicaba la sexóloga y psicóloga Mamen Jiménez, “en la vida van a darse muchas situaciones y eventos estresantes. Intentar evitarlos es imposible, pero lo que sí podemos hacer es prepararnos para afrontarlos sin que hagan mella en nuestra relación”. Usando una buena comunicación podemos conseguirlo y el primer paso podría estar en esta frase que invite a tener una conversación en la que se hable del problema a resolver sin tomárselo como un ataque.
“Veamos cómo podemos trabajar juntos"
Como decíamos antes, la inteligencia emocional afecta de forma positiva en la capacidad para resolver conflictos. Si pensamos en que la inteligencia emocional consiste en reconocer y regular las emociones y que la resolución de conflictos es el proceso de encontrar la solución a problemas, con esta frase unimos ambas. Con una inteligencia emocional alta, puedes hacer que la otra persona se sienta escuchada y apoyada durante el proceso de resolución de conflictos porque quieres trabajarlos con ella. En equipo. Quieres encontrar la manera de seguir remando juntos y das importancia a la resolución del problema y no al problema en sí.
“Lo siento”
Pedir disculpas no debería convertirse en una tortura si entendemos que el perdón es un signo de una relación sana, ya sea de pareja, de amistad, familiar o laboral. Según la psicóloga y sexóloga María Esclapez, es importante que pidamos perdón “siempre que la otra persona se sienta molesta, independientemente de si consideráis que la otra persona tiene razón o no”. Este gesto de disculpa es empatía en sí mismo y una forma de demostrar que podéis percibir las cosas de forma diferente, tal y como explica en su libro ‘Me quiero, te quiero’. Además, cuando admitimos que nos hemos equivocado, tenemos la oportunidad de aprender de ese error y con ello, crecer como personas.
“Cuéntame más”
En alguna ocasión te hemos contado lo poderosa que resulta esta frase en cualquier relación interpersonal, sea del ámbito que sea. Esta frase demostrará que eres buena conversadora según Matt Abrahams, profesor en la Escuela de Negocios de Stanford y orador experto. Si tenemos una alta inteligencia emocional, nos interesa cómo se sienten los demás y qué tienen que decir. Esto nos permite conectar con la otra persona porque dejamos espacio para que se exprese, y nos da la oportunidad de aprender al escuchar.
“Te escucho”
Siguiendo en la misma línea, y tal y como explica Sepe en Psicoadvisor, al decirle a otra persona que la estamos escuchando, “creamos una escucha empática”. La escucha empática implica escuchar a la otra persona sin prejuicios, aceptando a la otra persona y dándole valor. Y no es lo mismo unir que escuchar. Existe una gran diferencia, porque saber escuchar genera confianza y aceptación mutua, y oír no alcanza ese nivel de profundidad necesario si hablamos de relaciones significativas.
"¿Cómo te sientes?"
Vivimos en un mundo en el que todos vamos corriendo a todos los sitios y es posible que se nos pase por alto que una situación puede provocar sensaciones en quien nos rodea. Por ejemplo, mi sobrina me cuenta que ha discutido con una amiga y aunque me cuente lo que ha ocurrido, siempre le pregunto cómo se siente al respecto. Es una forma de que se sienta escucha, respaldada y atendida. Abro una puerta para que se exprese emocionalmente. Eso sí, haz caso a Ana Maria Sepe y tómate tu tiempo para escuchar y ponerte en su lugar de una forma genuina y poniendo toda la atención en lo que dice. Es así como funciona la empatía, y las personas con una inteligencia emocional superior a la media, lo saben.
“Gracias”
Cuando damos las gracias mostramos respeto hacia otros. Sin embargo, y según la Universidad de Harvard, este gesto que podríamos considerar de cortesía no es tan común. Piensa en cuánta gente va a comprar y no da las gracias al irse con su compra. O en cuánta gente pide algo a un compañero de trabajo y no se molesta en apreciar el esfuerzo que esa persona ha hecho por ayudarte.
Sepe asegura que “saber agradecer es una auténtica habilidad emocional, significa reconocer, y por tanto aceptar, que os necesitáis unos a otros”. Somos seres sociales, así que el agradecimiento resulta clave si queremos vivir en sociedad, y si eso no te convence te diré que la gratitud y la felicidad están directamente relacionadas, así que ser más agradecido no solo aumentará tu inteligencia emocional, también tu felicidad.
“Entiendo lo que dices, pero…”
No es un pero que implique una crítica, es una forma de dar tu opinión sin tirar por tierra la perspectiva u opinión de otros. En un mundo tan grande como en el que vivimos, no existen demasiadas verdades absolutas y cada persona puede tener una opinión diferente. Todas tienen cabida. Con esta frase demostramos que tenemos la capacidad de actuar de forma asertiva ante personas y situaciones difíciles. El objetivo no es discutir por discutir, sino intentar encontrar una solución que sea aceptable para ambos, así que cuando des tu opinión, hazlo poniendo en valor la de la otra persona, aunque no estés de acuerdo con ella.
"Me gustaría saber tu opinión sobre esto"
Cuando pedimos consejo a otros, estos nos perciben como alguien más inteligente, pero además es un camino de dos direcciones, porque según este estudio, cuando se pide consejo a alguien, se valida su inteligencia, experiencia y conocimientos. Valoras la opinión de la otra persona y preguntarle refuerza esa idea.
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