No nos vamos a engañar, la gran mayoría de nosotras utilizamos al menos una red social - yo, personalmente, utilizo mucho más de una - y dedicamos cierto tiempo a cotillear todo lo que en ellas se cuece y a hablar con amigos y conocidos (tanto si los conocemos de antes como si son amigos creados en las propias redes sociales).
Sin embargo, las redes sociales son herramientas muy jóvenes, que llevan muy pocos años entre nosotros, y para las que todavía no hemos tenido tiempo de aprender formas de uso más o menos adecuadas y eficientes. No es de extrañar, teniendo en cuenta que todavía no existe una generación adulta que haya crecido con estas herramientas.
Dentro de este contexto, han ido surgiendo muchos mitos, comentarios y rumores sobre el uso de las redes sociales. En muchos de ellos se las culpa de todos los males que no asolan y, especialmente, se las acusa de estar desplazando al contacto personal y directo y de estar generando un aumento del sentimiento de soledad entre nuestros jóvenes. Tanto es así, que numerosos artículos, como este de nuestros compañeros de Xataka, han profundizado y desarrollado más en la relación entre el uso de Internet y el sentimiento de soledad y aislamiento.
Las redes sociales e Internet son tan solo un contexto más
La realidad es que los seres humanos tenemos múltiples identidades sociales en nuestra identidad. Esto quiere decir que somos hijos, hermanos, padres, trabajadores, amigos, aficionados al fútbol, concebollistas, runners o un largo etc. de opciones y no en todos los escenarios que se nos presentan en la vida nos comportamos igual.
No somos iguales en el trabajo cuando o cuando tenemos una reunión con nuestro jefe que tomando unas cañas con nuestros amigos. Esto es normal y deseable: saber adaptarnos a cada uno de los escenarios sociales de nuestra vida supone un comportamiento adaptativo. Las redes sociales son un contexto social más al que tenemos que adaptarnos y adoptar un comportamiento adecuado.
Las investigaciones realizadas al respecto encuentran que, más allá de tratarse de un contexto diferente, nuestra forma de relacionarnos en las redes sociales no es diferente a la que tenemos en el contacto directo y que no se da un cambio de conductas o comportamientos, sino un cambio de escenario.
Es más, según indican los investigadores, la mayoría de nosotros - especialmente los adolescentes - utilizamos las redes sociales para reforzar las amistades que ya tenemos en la vida 1.0. Vamos, que en la gran mayoría de los casos nos relacionamos por medio de las redes sociales con personas que conocemos de fuera de ellas. Además, en el caso de que se creen relaciones de amistad en Internet, las evidencias encuentran que no solo son igual de significativas que las 1.0, sino que suelen acabar trasladándose a "la vida real".
Es decir, que la creencia de que el uso de redes sociales reduce la calidad de nuestras amistades y está acabando con las relaciones cara a cara, no parece estar muy fundamentado en evidencias reales, sino más bien en prejuicios.
Las redes sociales no están aumentando los sentimientos de soledad
El año pasado, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Kansas, intentó evaluar hasta qué punto las redes sociales pueden estar realmente desplazando al contacto humano y cuánto influyen o no en que nos sintamos más solos y aislados.
Los resultados de esta investigación van un poco en la línea de lo encontrado hasta ahora: quizás nos sentimos más solos, pero la culpa no parece ser de las redes sociales. Según este estudio, no existe ninguna evidencia de que el uso de estas herramientas esté provocando la pérdida de relaciones cara a cara con nuestros seres queridos. El uso o no de estas redes no se relaciona de ninguna manera con el número de veces que vemos o visitamos a nuestros familiares y amigos o realizamos actividades con ellos.
Lo que sí es posible, tal y como indican en las investigación es que, las personas que se sienten más solas con anterioridad - o tengan más dificultades para relacionarse - utilicen durante más tiempo las redes sociales o hagan uso de ellas de manera que les haga más fácil relacionarse con otras personas. De hecho, algunas investigaciones indican que un uso adecuado de las redes sociales puede incluso reducir el sentimiento de soledad ya que nos acerca más a la gente.
El año pasado, algunos medios informaban de [un estudio realizado en la Universidad de Pensilvania](No More FOMO: Limiting Social Media Decreases Loneliness and Depression) que había encontrado relación entre el uso de redes sociales y los sentimientos de soledad. La realidad es que esta investigación tenía algunas debilidades metodológicas: una muestra muy pequeña y concreta (estudiantes de la Universidad de Pensilvania), y era observacional y autoinformado. Es decir, no se podía establecer causalidad, como mucho indicar que encontraban relación, pero no asegurar que una fuera causa de la otra.
Además, no se podía confirmar que fuera generalizable a otras edades, poblaciones, etc. Sin embargo, los resultados eran llamativos y a pesar de ser una de las pocas investigaciones recientes que encontraban dicha relación, resultaba interesante para los medios. Uno de los problemas de esto es que no siempre se matiza la calidad metodológica de la investigación y a veces nos dejamos llevar por el sensacionalismo. Por ello, a pesar de lo llamativo de este estudio, la realidad es que no hay evidencias de que las redes sociales aumenten la soledad.
Eso sí, es importante que se aprenda a hacer un uso responsable de las redes sociales - algo a lo que iremos aprendiendo poco a poco, como ha ocurrido con otras herramientas y medios en su momento novedosos - y que si percibimos en nuestros hijos, familiares, o seres queridos, dificultad para relacionarse con personas en persona o cierto aislamiento social, solicitemos ayuda de profesionales de la salud mental que puedan ayudarnos.
Imágenes | Ingrid Goes West