A veces el amor nos puede impedir ver cosas que tenemos delante de nosotros y evitar que nos demos cuenta de que nuestra relación no es tan sana como creíamos. Es difícil reconocer que la persona a la que queremos pueda ser sinónimo de complicaciones. Hay situaciones que pueden solucionarse hablando y otros que van más allá, pero el primer paso es saber reconocerlas para poder frenarlas. Estas son las opiniones o ideas que puede tener tu chico y que podrían estar anunciando la existencia de un problema mucho mayor.
1. ¿Qué te has puesto? Mándame una foto para darte el OK.
Según una psicóloga experta en violencia de género de la Policía Nacional a la que hemos consultado, este es uno de los comportamientos más comunes. La pareja trata de controlar la vida del otro a todos los niveles. Sin embargo, que sea común no significa que debamos aceptarla, pues denota la búsqueda de control por su parte. Otras alertas similares son "no me gustan que los demás vean lo que es mío", "llevas demasiado escote" o "no te vistas de esa forma", que según Help Guide demuestran desconfianza y celos.
2. Esta noche no salgas, ¿qué mejor plan que quedarte conmigo?
Puede parecer una idea muy romántica, pero nada más alejado de la verdad. Lo que en realidad grita esta frase es la búsqueda de un control total sobre la otra persona, dominando lo que hace o deja de hacer y generando, según el psicólogo Eduardo Ortega, situaciones de dependencia. Otras variantes de esto son "ve derecha a casa" o "qué harás cuando no estoy delante".
3. Tu amiga no me cae muy allá, creo que es una mala influencia para ti
La experta consultada de la Policía hace una aclaración importante. Dentro de la violencia de género se agrupan la violencia sexual, física, económica, emocional y social. Siempre se habla de la física y la emocional, olvidándonos del resto. Este es un caso típico de violencia social, en la que tu pareja intenta controlar tus relaciones disfrazándolo de inocente consejo.
Con esta frase te obliga a escoger entre tus seres queridos o él. De todos es bien sabido que nunca debes escoger a quién te pida que lo hagas, pero independientemente de los refranes castizos, las consecuencias pueden ser devastadoras. En última instancia, conseguirá separarte de tus seres queridos, relacionándote únicamente con sus amigos y familia y dependiendo de él socialmente.
4. Estás conectada y no me contestas
Este problema se hizo patente con Whatsapp y su manía de enseñar la hora de conexión. Sin embargo, no debería ocurrir si tu pareja no intentara controlar lo que haces. Puede que no te parezca tan grave, pero la psicóloga afirma que todo tipo de control, desde vigilar con quien hablas hasta las horas a las que usas el móvil, es signo de violencia de género.
5. ¡Anda ya! Eso no te lo crees ni tú
La experta de la Policía afirma que cuando pone en duda algo que dices, lo que busca es desvalorizarte y situarte en una posición de inferioridad, como si fueras menos inteligente y tus ideas no tuvieran el mismo valor. Si él tiene la razón y tú no, se sentirá como la figura superior de la relación.
Por supuesto, frases como esta hay que ponerlas en contexto y tener en cuenta el tono y la forma con la que se dicen. Son coletillas que pueden utilizarse de broma en conversaciones distendidas y relajadas. Solo se considerará un preludio de abuso si de verdad denotan el menosprecio hacia la pareja, sus opiniones o ideas.
6. Perdona, es que a veces se me va la olla, pero es porque estoy loco por ti
Los psicólogos llaman a este momento fase de arrepentimiento o luna de miel. Nuestra fuente experta en violencia de género nos cuenta que este es el instante en el que tu pareja se muestra débil y avergonzado. ¡Alerta roja! Estará disculpándose, sí, pero usando el amor como excusa para justificar sus actos hacia ti. No. Nunca. El amor no puede ser la excusa para hacer algo malo.
7. No es para tanto, cualquiera podría haberlo hecho
Con esta fatídica frase trivializa tus éxitos y triunfos, menospreciando el esfuerzo que hayas puesto en alcanzarlos y poniéndote en una posición de debilidad, de acuerdo con la experta consultada. Una cosa son críticas constructivas a tu trabajo o planes futuros, pero otra es restarte valor ante algo que has conseguido.
8. Siempre te estás quejando de todo, ¿es que nunca estás contenta?
Utilizar términos tan determinantes como "siempre" o "nunca" crea situaciones de frustración que hacen parecer que el problema se alarga en el tiempo más de lo necesario, según Psychology Today. Frases como estas destacan los puntos débiles y errores, maximizándolos y haciéndote sentir incapaz e insegura, además de culpable por todo, según la psicóloga.
9. Si vas a seguir así tendré que pensar si esto me compensa
Que tu pareja te amenace con dejarte para conseguir lo que quiere creará situaciones de miedo, desconfianza y supeditación. Según la psicoterapeuta Susan Forward, esto puede desembocar en que él afiance su posición de superioridad y tú te sientas totalmente determinada y le obedezcas en todo, a riesgo de perderle.
10. ¿No quieres acostarte conmigo? Antes siempre querías, ¿es que no te atraigo?
Según la experta en abusos de género, la obligacion de mantener relaciones sexuales con tu pareja, aunque no te apetezca, porque te hace sentir que es tu deber, es un rasgo de violencia sexual. La principal razón de este falso consentimiento es, según la psicóloga, que no se enfade, desprecie o incluso te deje por otra.
La convivencia en pareja puede ser complicada, pero no todos los días uno está de humor. Puedes estar cansada, estresada o haber tenido un mal día. Por la razón que sea tienes derecho a que no te apetezca acostarte un día con tu chico, y es normal. Sin embargo, si te pone en situaciones cómo esta tú te sentirás obligada, forzada e incomprendida.
11. Seguro que cuando no esté te vas con otro
Según los estudios realizados sobre el tema, las acusaciones vacías de infidelidad y abandono denotan un problema mayor de desconfianza. Sin embargo, no deberían ocurrir si tú no has dado motivos para crear ese miedo e inseguridad. Si a pesar de todo ocurren hay que saber frenarlas a tiempo, pues generarán situaciones de frustración y rencor, siendo imposible estar a la altura de lo que el otro espera.
El primer paso es reconocer que está pasando y ser honesto con uno mismo y con tu pareja. Es un preludio y puede ser frenado a tiempo, pero es un comportamiento que es importante vigilar y controlar, de lo contrario se puede ir de las manos y generar una dependencia emocional entre el dominante y la víctima, produciendo sentimientos de humillación, sometimiento y miedo.
En Trendencias | Este artículo es algo que te hará bien leer justo cuando te enamoras a lo bestia... o cuando se haya acabado.