Si a veces nos cuesta ser fieles a una persona, imaginemos a dos (o más). Sin embargo, la fidelidad es esencial para el poliamor, al igual que otros valores como la sinceridad o la comunicación. Porque el poliamor, como cualquier otra relación, se construye en torno a vínculos éticos. Hace unas semanas profundizamos en estas normas no escritas, pero hoy son ellos en primera persona los que nos cuentan cómo tener una poli-relación sin convertirla en un embrollo.
¿Qué valores rigen el poliamor en el día a día?
Fidelidad
Todas las parejas quieren que sus compañeros de vida sean leales, incluyendo las polígamas. La gran diferencia está en el significado real de esta fidelidad. Jorge (26), que se define como un monógamo en una relación poliamorosa, es el ejemplo perfecto para explicarnos esta distinción:
"Cuando estoy solo con una chica espero un compromiso a nivel romántico y sexual. Sin embargo, ahora que estoy con dos personas al mismo tiempo (un hombre y una mujer) entiendo el otro punto de vista. Nos queremos, nos gustamos y disfrutamos de estar juntos. Tenemos planes a largo plazo juntos, y que uno de nosotros salga por ahí y tenga otros encuentros no cambia esos planes. Somos leales en un plano mucho más profundo del que había sido hasta ahora, sin perder libertades por el camino."
Claudia (37) ya lleva muchos años practicando la poligamia y asegura haber encontrado su sitio. "Nunca me sentí preparada para tener una relación formal y la gente me decía que tenía miedo al compromiso. No era así, lo que tenía miedo es a cerrarme las puertas con otras personas maravillosas." Ahora que ha descubierto el poliamor es toda una experta en lidiar con sentimientos y nos explica a fondo lo que suponen "unos cuernos" en una relación de poliamor:
"Si mis parejas están con otras personas y yo lo sé, todo está bien. Es fundamental que nos lo contemos y seamos sinceros. Pero si alguno pasa tiempo con un nuevo compañero a escondidas del resto del núcleo, eso está mal. Básicamente, si tienes que esconderlo de tu relación es porque no estás siendo fiel."
Esto nos aclara muchos factores relacionados con la fidelidad, pero abre nuevas dudas por el camino. Porque el poliamor no tiene unas normas establecidas, sino que se rige más bien por el sentido común y fórmulas que van creándose a medida de cada relación. Entonces, ¿hay algún tipo de excepción a esta poligamia permitida y comunicada? Claudia nos lo explica.
"En mi vida he conocido a muchos poliamorosos, cada uno con su propia brújula moral. Algunos se dedican por entero a su pareja si ésta se queda embarazada, dejando de ver a otras personas. Pero no es por una razón de fidelidad, sino porque realmente la aman y quieren cuidar de ella en un momento tan importante. Otros se vuelcan en conjunto con esa futura mamá, siendo una familia poco ortodoxa. Lo mismo ocurre en momentos duros de la vida, como enfermedades o fallecimientos. Es una cuestión de ser una persona que ama y a la que le importan los sentimientos de su pareja, no de que tu modo de vida sea polígamo o monógamo."
Comunicación y sinceridad
Todas las parejas deberían tener como base la comunicación y la sinceridad. Pero en una donde tres no son multitud, se convierte en una herramienta esencial para el correcto funcionamiento de la relación. Pero basta de teoría, porque Javi (29), una de las parejas de Jorge, nos transporta a la práctica:
"No solo marca la diferencia entre unos cuernos y una relación consensuada. Hablar es importante porque conocemos los límites del resto de personas, con qué se siente cómodos, con qué se sienten heridos. Ante todo estamos enamorados y nos queremos, por lo que no queremos hacer daño a nadie. Pero es un terreno menos rígido que en la monogamia y, con ello, más fácil cometer un error. Por eso, si todo está hablado dormimos tranquilos los tres."
Javi explica a la perfección por qué, como todas las parejas, una buena charla a tiempo puede evitar errores fatales. Pero ¿cómo se plantea algo tan importante como una nueva persona en tu vida?
"La primera vez es la peor. De hecho, yo y mi chica conocimos a Jorge a través de ella y al principio me costó procesarlo. Ella había tonteado con él en el trabajo y la cosa había ido a más, hablando por Whatsapp a todas horas. Así que puso la idea del poliamor sobre la mesa y, aunque me costó abrir las miras, me picó la curiosidad. Y la verdad es que el primer encuentro fue genial y todos congeniamos. Podría haber sido fatal, podría haberme engañado con él."
Confianza absoluta
Muchas personas que no practican este modo de amor pueden tener dudas sobre la confianza, cómo evitar las inseguridades en pareja o gestionar los celos. En ello, por supuesto, juega un papel esencial esa comunicación que mencionábamos anteriormente. Porque "si tu pareja está con otra persona y lo sabes, lo puedes aceptar o no, pero no te andas preguntando con miedos" afirma Claudia. Sandra (31), una de sus múltiples parejas, opina lo mismo:
"La idea de 'no preguntes y no cuentes' es muy popular entre los swingers, pero no es la esencia del poliamor. Nosotros no nos engañamos, eso implicaría que Claudia o cualquiera de las otras personas con las que salgo no pueden aceptar la verdad. Sin embargo, yo también tengo que confiar en que ellos, aunque estén con otras personas, van a mantener las promesas que me han hecho. ¿Cómo lo hago? Recordando siempre que el amor no es exclusivo. Todos queremos a muchas personas al mismo tiempo y no dejamos de hacerlo sin razón alguna."
¿Pero cómo gestionar esos celos tan peligrosos?
Todos hemos sentido celos alguna vez, pero en el caso de las parejas poliamorosas éstos pueden surgir mucho más a menudo. Claudia y Sandra nos cuentan cuándo tienen celos, cómo los gestionan y terminan con ese mito de que los polígamos no son celosos.
"Creo que los celos surgen por el miedo de perder a tu pareja a manos de otra persona. Pero eso sería considerar que mi pareja es físicamente mía en primer lugar, que es mi propiedad. No, yo quiero a Sandra con todo y verla feliz con otras personas también ayuda a construir mi felicidad. No soy posesiva, confío en ella y en lo nuestro. Si somos felices, ¿por qué iba a romperse?"
Sandra, sin embargo, reconoce que aún tiene un largo camino por recorrer con respecto a la envidia y la gestión de celos. Hasta afirma tener celos de Claudia porque ella nunca se pone celosa, valga la redundancia:
"¡Todos somos celosos! Los poliamorosos no venimos de Marte, claro que tenemos celos. Pero en mi caso no finjo no sentirlos, si no que lo hablo abiertamente para calmarme y no minar mis relaciones."
Respeto e igualdad
Hay tantas relaciones poliamorosas como poliamorosos hay en el mundo. No están suscritas a unas normas establecidas, por lo que cada una se ha creado a sí misma, con sus propias promesas, límites y permisos. Pero siempre organizadas desde el respeto y la igualdad de los integrantes, para que nadie se sienta de menos. Pero mejor nos lo cuenta Sandra, que de esto sabe bastante.
"En mi vida he estado en muchas relaciones. Unas duran hasta el día de hoy, otras terminaron. Y por el camino me he encontrado con gente que piensa que poliamor y sexo por doquier es lo mismo. No soy swinger, no hago intercambios de parejas. De hecho, cuido a todas ellas como se merecen y las respeto porque las quiero. Es muy ofensivo cuando alguien piensa que porque esté enamorada de varias personas soy menos respetuosa: cada una es importante."
¿Cuáles son las dudas más frecuentes y los miedos de los poliamorosos?
Nadie se adentra en la poligamía sin que le surjan mil dudas por el camino sobre cómo hacer las cosas. Parece que hasta los más expertos en la materia han tenido preguntas alguna vez, siendo estas las más recurrentes.
"Seamos sinceros, lo primero que te preguntas es cómo se organiza el tema sexual. Mi recomendación es habladlo siempre, que seas poliamorosa no significa que estés abierta a tríos u orgías. Puedes tener muchas parejas y solo estar con una en cada encuentro sexual. Lo dicho: comunicación y preservartivo siempre." - Claudia, 37.
Pero el sexo no es lo único que preocupa a los polígamos. El momento de dar el paso es crucial, sobre todo si lo haces con una pareja con la que antes erais monógamos.
"La primera vez que mi novia me planteó pasarnos a la poligamia me explotó la cabeza. Me surgieron mil dudas y las primeras no fueron de índole sexual. Pensé en cómo serían las citas, si quedaríamos los tres, si viviríamos los tres juntos o cómo sería nuestro día a día. Resultó ser mucho más sencillo, hablando cada tema según surgía y llegando a un punto en el que todos nos sentíamos cómodos." - Javi, 29.
Sandra, por el contrario, profundiza mucho más y nos cuenta las preguntas que le gustaría haber hecho a ella cuando comenzó sobre jerarquía grupal en el poliamor, porque no saberlas arruinó alguna que otra de sus relaciones.
"Cuando empecé no sabía cómo lidiar con la idea de que todos fuéramos iguales para todos y no hubiera jerarquía. ¿La realidad? Puedes tenerla si te hace sentir más seguro. Yo tengo dos personas, con las que más tiempo llevo, que son las principales en mi vida. Son mis parejas primarias, con las que tomo decisiones vitales. Cada uno tiene sus propias relaciones, por supuesto. Pero nosotros tres somos el núcleo porque así lo hemos querido."
El poliamor no es, como algunos creen incorrectamente, un "todos con todos libre de cargo de conciencia." Se define como una relación íntima, amorosa, sexual y duradera de forma simultánea con varias personas. Eso sí, con pleno conocimiento y consentimiento de todos los implicados. Como ya adelantamos en artículos anteriores, esta definición es muy amplia y recoge muchos tipos de relación poliamorosa, algo que puede generar confusión para quien no esté familiarizado con este modo de vida. Amplia sí, pero siempre regida por unos valores éticos comunes a todas las relaciones.
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