Internet y las aplicaciones para ligar están cambiando nuestra forma de entender las relaciones y comportarnos en ellas o, al menos, está bautizando con modernos términos en inglés viejas prácticas sin nombre.
Así que, por si no teníamos suficiente con el ghosting, esa forma de abandonar una relación dejando de contestar mensajes y llamadas y, simplemente, desapareciendo sin dar ningún tipo de explicación. O con "orbitar", que consiste en estar al tanto de lo que acontece en la vida del otro gracias a las redes sociales, comentando en ellas, pero sin dar un paso más allá (lo que incluye no responder a los mensajes directos).
Por no hablar del breadcrumbing, la práctica de darle migajas de amor y afecto a una persona para luego desaparecer y, de vez en cuando, volver a darle algunos más pero sin llegar nunca a estar realmente juntos. Bueno, pues ahora nos llega otra más: el paperclipping, que no es ni más ni menos que el clásico "ni como, ni dejo comer" de toda la vida.
¿Alguna vez has salido con alguien con quien la cosa no ha ido a más pero que periódicamente reaparece para darte un poco de atención y que no lo olvides, antes de volver a desaparecer? Si la respuesta es afirmativa, enhorabuena porque te han hecho, o te están haciendo, paperclipping.
La práctica toma su nombre de Clippy, el asistente de Word en forma de clip que Microsoft eliminó en 2007 pero que vivirá para siempre en nuestros corazones. Y la responsable del bautismo es una ilustradora, llamada Samantha Rothenberg, que ha descrito el fenómeno con una ilustración que se ha viralizado hasta conseguir que se hable del asunto en las noticias de la NBC, el New York Post y otras publicaciones internacionales.
"A veces aparezco sin ningún motivo, como ahora. Mira, la verdad es que estoy dañado, no soy de fiar y no estoy particularmente interesado en ti pero no quiero que te olvides de que existo", dice Clippy en el dibujo. ¿Te suena de algo este patrón?
Aunque, por si no ha quedado todavía lo suficientemente claro, la artista ha explicado con sus propias palabras de qué se trata: "Es cuando alguien te tiene en la recamara y, en el momento en el que parece que la cosa se ha enfriado por completo, vuelven a ponerse en contacto contigo. Sin embargo, no lo hacen con intenciones de verte o de hacer avanzar la relación sino para que no se apague del todo la llama y asegurarse de que sigues siendo una opción".
Además, habla de la importancia de ponerle nombre a estas prácticas para poder reconocerlas y atajarlas: "de este modo, en vez de dejar que alguien te dé falsas esperanzas, puedes llamarlo por su nombre y pasar página".
Con anterioridad, esta práctica también se había llegado a describir como "benching"que, en su traducción literal, no es otra cosa que estar en el banquillo. Así, alguien te abre conversación de vez en cuando para tontear y tenerte calentando banquillo por si las moscas pero sin intención alguna de quedar. ¿Por qué? Pues porque sube la autoestima.
Lo que es seguro es que, a este paso, para ligar, más que Tinder, vamos a acabar necesitando una enciclopedia.
Fotos | Instagram de Samatnha Rothenberg, Unsplash y HBO.