Hay quien considera que decir la verdad es una virtud. Yo creo que decir la verdad es algo necesario en cualquier relación, siempre que la sinceridad no sea sin filtros y a puerta gayola. La sinceridad mal entendida puede causar un daño innecesario, a pesar de que entre los hábitos para mantener una relación saludable está la comunicación.
Pero no hay que confundir hablar con nuestra pareja con contarle todo lo que se nos pase por la cabeza, un mito que sigue presente y que puede abocarnos al llamado sincericidio.
La diferencia entre la sinceridad y el sincericidio en pareja
Existe una diferencia entre sinceridad y sincericidio. Cuando hablamos del sincericidio no lo hacemos de la canción de Leiva, sino de un término que podríamos definir como decir la verdad sin prudencia, sin límites y sin tener en cuenta a los demás. Las personas sincericidas necesitan decir la verdad en todo momento, llegando a sentirse culpables si no lo hacen. Pero tal y como explica este gabinete de psicólogos de Valencia, “es una conducta peligrosa porque la sinceridad aplicada sin inteligencia emocional ni empatía termina ocasionando daños innecesarios.”
María Esclapez, psicóloga y terapeuta de parejas, lo explica perfectamente bien en su libro Inteligencia sexual: aunque no está registrada en el diccionario la palabra sincericidio “es un concepto formado por las palabras sinceridad y suicidio”. Y nace porque “muchas personas piensan que la sinceridad extrema o inconsciente es algo positivo”. Nada más lejos de la realidad. “Cuando somos sincericidas, no pensamos en las consecuencias que pueden tener nuestras palabras y no somos asertivos”, según nos explica la sexóloga.
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Es decir, una persona sincera nos expresará lo que piensa en el momento adecuado, comunicándose de forma asertiva y filtrando lo que nos dice. Una persona sincericida no filtra ni mide el impacto de las palabras, y puede hacer daño con lo que nos dice, aunque piense que es honesto porque dice las cosas claras.
Te pongo un ejemplo para que entiendas la diferencia. Una persona sincera le cuenta sus fantasías sexuales a su pareja. Una persona sincericida le cuenta que tiene esas fantasías sexuales con su mejor amiga. No es necesario ese último dato, por mucho que sea verdad, porque puede provocar inseguridades en tu pareja aunque se trate solo de una fantasía erótica que no tiene por qué llevarse a cabo.
La verdad sobre si tenemos que contarle o no todo a nuestra pareja para tener una relación sana
Siguiendo con esta línea hay algo que tenemos que tener claro según los expertos, y es que no hay que contarle todo a nuestra pareja cuando tenemos una relación. María Esclapez explica en su libro Me quiero, te quiero que “ser sincero es ser consecuente con la responsabilidad afectiva, pero ser sincericida, no”.
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Eso no significa mentir, siempre es mejor la sinceridad que la mentira, pero sí significa pensar en que lo que vamos a decir tiene un impacto en nuestra pareja. Se trata de ser honestos, pero sin que nuestra honestidad arrase con todo.
Cómo evitar el sincericidio en una relación de pareja
Es más sencillo de lo piensas, solo necesitamos parar y pensar antes de hablar. Esclapez nos explica que la empatía en estos casos es clave, y nos invita a hacernos algunas preguntas antes de hablar y meter la pata. La primera es preguntarnos qué impacto pueden tener nuestras palabras en la persona a la que vamos a decírselas. ¿Cómo le afecta a mi pareja y a mí lo que voy a decir? ¿Cómo me sentiría si me lo dijeran de esta forma? ¿Puedo decirlo de otra manera?
Por ejemplo, sí podemos decirle a nuestra pareja que nos está gustando lo que nos hace en un encuentro sexual, pero es un sincericidio decirle a tu pareja que tu ex te hacía mejor el cunnilingus. En cambio, puedes decirle cómo te gustaría que lo hiciera, y guiar a tu pareja para que te haga esa práctica como te gusta.
La psicóloga asegura que la clave siempre es “pensar antes de hablar”, y nos deberíamos grabar esta premisa a fuego porque ser sinceros nunca debe ser sinónimo de ser sincericidas.
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Fotos | Kinga Howard, Kenny Eliason y Brett Jordan en Unsplash
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