La pandemia ha transformado nuestra manera de ver y entender la vida, nos ha hecho adaptarnos a situaciones que jamás imaginamos y, con las medidas sanitarias impuestas para frenarla, nos hemos visto obligados a transformar también nuestra forma de relacionarnos.
El miedo al contagio y la distancia social son algunas de las consecuencias de la llegada de este virus y afectan a todo tipo de relaciones. Y si hablamos del poliamor también.
¿Pero es realmente el poliamor un riesgo añadido en tiempos de coronavirus? ¿Y si es una ventaja para los tiempos que corren porque nos permite recibir todo ese amor que, como seres humanos, tanto necesitamos en épocas de crisis? ¿Qué piensan de todo esto sus protagonistas?
El confinamiento, un experimento que pone a prueba la exclusividad sexual
"Es indiscutible que el confinamiento ha sido un experimento sociológico a lo bestia sobre la exclusividad sexual, independientemente de la manera en la que entiendas el amor. Pero no sólo para nosotros, también para quienes, practicando una supuesta relación 'monógama' tenían amantes o incluso quienes han vivido el encierro en soledad", explica Juan (36).
"Es probable que mucha gente se haya replanteado sus relaciones monógamas durante todo este tiempo. No hablo de atravesar una crisis de pareja, va más allá: se han dado cuenta de que una sola persona no puede satisfacer sus necesidades", sostiene.
La pandemia, una barrera para crear nuevas relaciones poliamorosas
"La pandemia ha traído consigo una barrera gigante para que los polígamos nos relacionemos. La distancia social, traducida en la ausencia de contacto físico, limita de forma radical mi manera de entender y buscar el amor. Para mí ha sido y sigue siendo un problema porque, como soltera, me he sentido muy sola durante el encierro... incluso ahora, porque es muy complicado conocer gente en este momento de nuestras vidas. No busco una relación monógama porque nunca me ha funcionado. Supongo que para ellos encontrar pareja ahora mismo debe ser un tema complicado... pero en mi caso, las probabilidades son aún peores porque hay menos demanda", añade Eva (26).
¿En el punto de mira?
"¿De verdad hay gente que se plantea que el riesgo de infección está supeditado al número de amantes? Actualmente mantengo una relación con dos personas, un hombre y una mujer, y he sufrido y sufro comentarios constantes de mis amigos y familiares del tipo 'cuidado', 'plantéate lo que estás haciendo' y cosas así", anticipa Claudia (32).
"Creen que por tener una relación polígama mi riesgo de contagio es mayor. Me encantaría que le dijeran lo mismo a mi hermano, que está soltero y recurre a Tinder día sí día no. ¿Acaso una persona monógama soltera corre menos riesgo que yo? Incluso una persona monógama casada con alguien que trabaja en un hospital tiene más riesgo que yo, que me junto con ellos y poco más. La posibilidad de infección tiene que ver con los riesgos que tome cada persona y no con quien decida intimar", nos cuenta.
"Aún queda gente, aunque he de reconocer que es siempre la que no tiene ni idea, que sigue presuponiendo que los que no formamos parte de la monogamia somos más promiscuos o tenemos relaciones sexuales con todos nuestros círculos posibles. En fin, una chorrada. Y aunque así lo fuera, el sexo no es la única forma de transmitir el virus. ¿Qué pasa con toda esa gente que va a la oficina? ¿O qué pasa cuando te reúnes a comer con tus amigos sin mascarilla? Esto no va sobre el poliamor, va de decidir con la cabeza a qué te quieres exponer", confiesa Juan.
Decisiones políticas... ¿heteropatriarcales?
"Con el confinamiento sentí que no se estaban teniendo en cuenta nuestras necesidades. Es como si nadie hubiese pensado en nosotros. Las medidas políticas impuestas tras la pandemia sólo atienden a relaciones monógamas y claramente la sociedad sigue actuando desde un punto de vista absolutamente tradicional donde lo 'normal' sólo son las familias 'tradicionales'. ¿Qué opciones tenemos cuando nos repiten una y otra vez que hay que tener el mínimo contacto posible con otras personas pero nuestros vínculos íntimos son múltiples?", se plantea Eva (26).
Más ganas de contacto físico que nunca
"Mi relación poliamorosa me ha dado fuerzas para seguir, especialmente durante un par de semanas muy duras que pasé en pleno confinamiento. Nos dimos todo el amor posible. Fue bonito dentro del horror que recuerdo de aquellos meses", añade Claudia.
La terapeuta Marisol Rodríguez sostiene que, tras el confinamiento y meses de distanciamiento social, el comportamiento habitual es que la gente sienta más necesidad de contacto físico y emocional: "En tiempos de crisis, de incertidumbre y pánico social, la necesidad de sentirnos arropados y queridos aumenta exponencialmente".
Por eso, la experta sostiene que no sería extraño pensar que cada vez más personas puedan plantearse el poliamor como modo de vida tras la pandemia: "Lo que está claro es que para se lo puedan plantear deben partir de la base de que es una opción igual de respetable que la monogamia, perfecta si no satisface tus necesidades afectivas y/o sexuales. Es más, muchos llegan al poliamor mediante una relación monógama estable en la que ambos deciden abrirse a otras relaciones".
Fotos | Serie 'You, me, her'