La brecha salarial es algo por lo que las mujeres llevamos luchando mucho tiempo. Los techos de cristal existen y la diferencia de sueldos entre hombres y mujeres sigue siendo una realidad. Tanta, que según datos recientes, el salario de las mujeres se sitúa en un 28,1% por debajo que el de los hombres a nivel mundial, y lo peor es que según este informe del Global Gender Gap, tendrían que pasar hasta 132 años para alcanzar la paridad total en este ámbito, y, por su parte, desde Eurostat dicen que las mujeres europeas trabajan 47 días gratis al año con respecto a los hombres. Datos bastante poco alentadores si los sumamos a que esta desigualdad sigue siendo evidente a medida que pasan los años, llegando incluso a las pensiones de jubilación.
¿Por qué ocurre esto? Normalmente, la explicación es que las mujeres, por regla general, siempre han sido las que han sacrificado su trabajo por la maternidad y por el cuidado de los hijos. La reducción de los años de cotización hace mella en muchos sentidos, por supuesto, en el salario, ya sea porque se abandona el trabajo temporalmente o por las reducciones de jornada, pero también en el parón que supone para la carrera profesional de la mujer y por cómo ello puede repercutir a nivel personal. “El impacto que la brecha salarial tiene sobre las mujeres es que obtienen menos ingresos a lo largo de su vida, lo que conduce a pensiones más bajas y a un mayor riesgo de pobreza en la tercera edad”, se explica en este informe de Instituto Nacional de Mujeres.
Según las últimas estadísticas oficiales, la cuantía media de la pensión de jubilación es de unos 1.437,14 euros mensuales, que se cobran en 14 pagas. Si nos fijamos en los datos, podemos llegar a la conclusión de que los hombres jubilados cobran hasta 520 euros al mes más que las mujeres, ya que las pensiones medias masculinas son de unos 1.647,80 euros de media, mientras que las femeninas son de 1.132,89 euros.
¿Qué se está haciendo al respecto?
Desde febrero de 2021, se puso en marcha el llamado complemento de brecha de género que consta de una cuantía fija que en 2024 asciende a 33,20 euros al mes por hijo. Pero aún así, si hacemos las cuentas ateniéndonos al número total de pensiones en febrero de 2024, la diferencia entre los dos sexos es de 485,09 euros a la baja para las mujeres, es decir, estaríamos hablando de un 32,2% de una brecha en las pensiones de jubilación en nuestro país.
Pero es que, además, todo ello también repercute en la edad de jubilación puesto que normalmente ocurre que, a menos años cotizados la edad para jubilarse es mayor, lo que se traduce en que las mujeres además de cobrar menos, se jubilan más tarde. Las cifras hablan por sí solas. En las mismas estadísticas podemos ver que la edad media de jubilación es alrededor de los 65 años, en 2023. En el caso de las mujeres la edad efectiva de jubilación se situó en una media de los 65,5 años, en el mismo periodo de tiempo, la cual ha ido subiendo progresivamente desde 2019, que se situaba en los 65. Mientras que en el caso de los hombres jubilados, la edad efectiva de jubilación más baja en 2023 fue de 64,7 años, dos puntos por encima del 2022.
Desde Coespe (Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones) se reclama reducir esta brecha de género y su portavoz explicaba en una entrevista la “situación económica crítica que viven mujeres con pensiones muy bajas”. Por el momento, han recogido 8000 firmas para apoyar sus reivindicaciones que fueron entregadas al Congreso de los Diputados durante el Encuentro de Mujeres Pensionistas a nivel estatal.
Por su parte, UGT también ha denunciado, en uno de sus recientes informes, esta diferencia explicando que, por ejemplo: “En el acceso al empleo para las mujeres hay un abuso de la contratación a tiempo parcial, el 75 % de esta jornada laboral está realizada por mujeres. España ocupa el cuarto lugar en la Unión Europea de trabajo a tiempo parcial involuntario”, y también denuncia que “la edad también discrimina a las mujeres pasados los 65 años, edad en que las diferencias salariales aumenta hasta el 27,73 %. Es el único tramo de edad en que su presencia es mayor a la de los hombres”. Y lanza también un dato revelador: “Para acceder a una pensión de jubilación digna las mujeres permanecen en mayor número y porcentaje que los hombres trabajando pasados los 65 años. Es el único tramo de edad dónde hay más mujeres que hombres trabajando. Cerca de ochenta mil mujeres asalariadas y algo más de sesenta mil hombres continúan trabajando a partir de los 65 años. Por ser más mujeres que hombres y con salarios más bajos la brecha salarial pasados los 65 años se eleva hasta el 27,73 %”.
¿Cómo paliar estas diferencias? La institución pide la indemnización de las víctimas, “incluidas multas a los empleadores que infrinjan las normas” y hacen una apuesta porque “la transparencia retributiva puede contribuir a las trabajadoras para hacer valer su derecho a la igualdad de retribución entre hombres y mujeres por un mismo trabajo o por un trabajo de igual valor, a través de un conjunto de medidas vinculantes”. También se exigen: inspecciones de trabajo, realizar las modificaciones pertinentes en los contratos a tiempo parcial, exigir el cumplimiento en todas las empresas españolas la normativa vigente en materia de Igualdad Retributiva y una transparencia salarial.
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