El paso del tiempo y cumplir años afecta a nuestros recuerdos, tanto a largo plazo como a corto plazo. Pero no hace falta estar en la tercera edad para tener problemas de memoria, algunas somos Dori desde que nacimos. Por eso hemos tomado nota de algunos ejercicios que son un boost para fortalecerla y mejorarla.
Meditación
Comencé hace cosa de un mes a meditar y confirmo que no basta con sentarse en silencio y poner la mente en blanco. Para meditar hace falta focalizar la atención en la respiración, en la calma y en controlar la riada de pensamientos random que gotean en nuestro cerebro.
Pues bien, investigaciones del National Center for Complementary and Integrative Health sugieren que este acto de concentración calmada y serena beneficia al cerebro, aminorando su envejecimiento y aumentando su capacidad para procesar información nueva y pasada.
Practicar juegos de mesa
Hace unas semanas leía este artículo en el que hablábamos de fórmulas para mantener el cerebro activo. En él se mencionan el sudoku o el ajedrez y no es para menos. Investigaciones de 2019 sugieren que los juegos numéricos mejoran las funciones cognitivas, la memoria, la capacidad de ejecución y adaptación del comportamiento y la velocidad de procesamiento de la información.
Otros juegos divertidos y que trabajan nuestra memoria al mismo tiempo son los de memorizar cartas, recomendado por un estudio de 2017 porque activa las áreas cerebrales relativas a los recuerdos y el reconocimiento de patrones. Lo mismo ocurre con los crucigramas, que han probado ser efectivos a la hora de ralentizar la pérdida de memoria en estudios con pacientes con demencia.
Hacer puzles
Otro pasatiempo casero que podemos hacer en casa para mejorar nuestra memoria son los puzles, perfectos para pasar tiempo en familia y para tener planes en los días de frío. Los puzles activan muchas funciones cognitivas y así lo afirmaron los expertos de Frontiers in Aging Neuroscience en 2018: mejoran la percepción, la rotación mental, la memoria de trabajo y el razonamiento.
Practicar deportes o actividades físicas
Hacer deporte aumenta el flujo sanguíneo en todo el cuerpo y esto incluye el cerebro, por lo que puede ayudar a mantener la memoria a punto. Así lo sugiere una publicación del European Journal of Physiology que se centra en las ventajas cognitivas del ejercicio. Entre ellas enumera la coordinación motora, cognitiva y la memoria.
Socializar y pasar tiempo con nuestra gente
Disfrutar de la compañía de amigos y familiares es una actividad mentalmente positiva que preserva las funciones cognitivas. Hablar, debatir, razonar o escuchar distintas opiniones a la nuestra ayuda a combatir la pérdida de memoria y así lo aseguran los estudios al respecto.
Aprender nuevos hobbies
Aprender nuevas habilidades activa el cerebro de muchas formas diferentes y aumenta la función de la memoria. Por ejemplo, numerosas investigaciones apuntan a que aprender un nuevo idioma ayuda a ralentizar la demencia y el Alzheimer. Otros estudios afirman que aprender a tocar un nuevo instrumento musical beneficia al desarrollo cognitivo y combate el deterioro cerebral.
Escuchar música
Terminamos con una actividad que no requiere ningún esfuerzo activo y que es, de lejos, una de nuestras favoritas. Hablamos de escuchar música, porque una publicación de 2018 confirmó que cuando lo hacemos activamos diferentes áreas del cerebro. Entre ellas la memoria a corto y a largo plazo.
Fotos | Cottonbro studio, Anete Lusina, Vlada Karpovich vía Pexels.
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