Este mes he visto El gran hackeo, la película documental de Netflix que revive el escándalo de Cambridge Analytica que puso en jaque todo lo que creíamos saber sobre la seguridad de nuestros datos en Internet.
Ya te hemos hablado de trucos para mejorar tu privacidad, de cómo puedes conseguir más seguridad en tu móvil y ordenador y del último escándalo en cuanto a tratamiento de datos con la última moda de las redes sociales, la Face App.
En muchas ocasiones nos descargamos e instalamos aplicaciones “gratuitas” sin ser del todo conscientes de que el pago por ella somos nosotros. La información en esta era tecnológica es la herramienta más poderosa y apreciada, por eso el big data del que todos hablan es la nueva moneda de cambio de muchas aplicaciones.
Cuando aceptamos las condiciones de uso ya estamos dando permiso para que vean muchos de nuestros comportamientos, usos y gustos que dejamos reflejados en nuestros smartphones.
Con esta idea en la cabeza decidí algo: saber qué es lo que durante todos los años que he tenido Facebook, la red social había almacenado de mí y con mi consentimiento. El 19 de octubre de 2008 cree mi cuenta, así que son casi 11 años de datos. ¿Qué habrá en esa caja de Pandora?
Cómo descargar toda tu información acumulada en Facebook
Cuando hablamos de información de Facebook nos referimos a todos esos datos que la red social tiene (porque nosotros se los hemos dado) sobre nosotros.
Datos que incluyen fotos, vídeos, me gustas, cuentas a las que sigues, comentarios que has realizado (tanto en tus publicaciones como en cualquier otra publicación) y otros datos como anuncios que han recopilado información sobre ti, historiales de búsqueda y tu ubicación.
Para descargar esta información solo tienes que seguir algunos pasos, que comienzan por entrar en la configuración de tu cuenta a la que accedes desde tu perfil, haciendo click sobre el triángulo que se encuentra a la derecha.
Una vez dentro de la configuración, pincha sobre el menú de la izquierda en “tu información de facebook” y después, en el menú que te saldrá a la derecha, sobre el botón de descargar la información.
En la siguiente pantalla deberás elegir la información que quieres descargar. Por defecto vienen seleccionadas todas las categorías, pero puedes elegir las que quieras.
Además debes seleccionar el intervalo de tiempo de la consulta. El resto de opciones vienen seleccionadas por defecto y no será necesario que las modifiques.
Cuando des al botón de “crear al archivo”, Facebook te solicitará de nuevo tu contraseña, y comenzará a crear una copia de tu información. En mi caso, al tratarse de 11 años de datos, tardó algo más de una hora y media. Tras ese tiempo, el archivo estaba disponible para que lo descargara.
Qué me encontré entre toda la información que Facebook almacena de mí
El formato en el que verás tus datos es sencillo de interpretar. Si lo has descargado con las opciones que aparecen por defecto, te encontrarás con un archivo comprimido que dentro tendrá la información clasificada por carpetas.
En mi caso he encontrado por ejemplo, teléfonos de los contactos que tengo (además de contactos que tenía y ya no tengo) o un listado que incluye 507 intereses que la red social ha seleccionado y que aparecen en base a mis likes e interacciones. Estos intereses incluyen marcas, como Asos, personajes como Tom Hiddleston, además de conceptos más genéricos como vestidos, astronautas o festivales de cine.
Puedes ver qué anunciantes han usado tu nombre o algún dato que les hayas cedido previamente en alguna de sus campañas (no sin tu consentimiento, recuérdalo), e incluso puedes ver cuáles son los anuncios con los que has interactuado (en mi caso menos de 20 en 11 años).
También verás los comentarios (TODOS) que has hecho en el tiempo consultado. Y te darás cuenta de la magnitud de las interacciones con esta red social, porque podrás consultar todos los eventos a los que te han invitado, a los que has contestado y en los que has participado, las páginas a las que sigues (que son más de las que imaginas) y a las que has dejado de seguir (que son muchas menos de las que piensas).
Un dato curioso que almacena es de los emoticonos que has usado de forma más habitual, y aunque parezca mentira, también podrás ver las horas y reacciones que has tenido con post, fotos o vídeos. Todas las reacciones. Un interminable listado ordenado de más recientes a más antiguas que incluye infinidad de likes.
Tampoco faltan las fotos, subidas por ti, en las que te han etiquetado, las que han sido fotos de portada y perfil y las que has ocultado y que solo puedes ver tú. Las tienes clasificadas, ordenadas y descargadas en formato jpg.
Tienes también información sobre las sesiones que has usado en diferentes dispositivos, lo cual es práctico si crees que te han hackeado la cuenta o que han entrado desde otro ordenador sin ser tú. Un historial (también enorme) de tus inicios y cierres de sesión, y numerosos datos de seguridad.
Y tantos, tantos datos que resultan abrumadores, pero que también me han permitido ver la magnitud de lo que una empresa que me ofrece algo gratuito tiene de mí. De mi persona, de mis gustos, de mis amigos, de mi vida. He dejado que Facebook conociera más de mí de lo que conocen muchas personas que pasan por mi vida real.
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