En España, las bajas laborales relacionadas con “trastornos mentales y de comportamiento” han llegado a números históricos con casi 600.000 en 2023, un 15,8% más que en 2022 y el doble que hace siete años según la Confederación de Salud Mental en España. desde la pandemia, las bajas de las personas jóvenes han aumentado un 90% y según la OMS se pierden 12.000 millones de días de trabajo por ansiedad y la depresión a nivel mundial.
Entre todas estas cifras ha surgido un término que hay quien asegura que “representa la tendencia de una sociedad corrupta hasta sus cimientos en lo que a la honradez laboral se refiere”: las "bajaciones". Para nosotras, que las "bajaciones" se hayan puesto de moda son un síntoma más que una enfermedad y plantearse por qué se hace y por qué se convierte en tendencia es el primer paso para empezar a buscar soluciones. Que las "bajaciones" se hayan vuelto tan populares esconden más motivos que la caradura de algunos.
Qué son las “bajaciones”
Alicia Lerma, detective de la agencia Indicios, afirmaba hace ya más de un año en el programa ‘Más vale tarde' de La Sexta, que los asuntos relacionados con bajas fingidas son uno de los que más reclaman a los detectives privados. En el programa de ‘Espejo Público' de Antena 3 pudimos ver hace unos días cómo se investigaba un caso de “bajaciones” con el detective privado Daniel Fontanals, siguiendo a una empleada que cogía la baja por tercer año consecutivo en estas fechas por motivos psicológicos, por depresión.
Cuando se habla del término “bajaciones” se hace de esas bajas fingidas que un empleado coge para en realidad irse de vacaciones o alargar las que ya tiene. Lo que hace es simular una enfermedad o lesión, que en muchas ocasiones es mental porque son mucho más complicadas de demostrar que una lesión física. Unas "bajaciones" son una tendencia (si es que puede llamarse así) en la que un empleado finge, crea o alarga innecesariamente una enfermedad con el objetivo de conseguir una baja laboral que le permita no trabajar.
Algunos expertos apuntan a que no todas las bajas son reales, especialmente si se desarrollan antes o después de las vacaciones. Como explica en LinkedIn el experto en RRHH Héctor Labarta Brustenga, “entre enero y septiembre de 2015 se revisaron 395.375 procesos de incapacidad temporal y se retiró la prestación en 160.702 casos”. Ahora no hay datos actualizados, pero como bien apunta el experto “las “bajaciones” representan un problema creciente en el mundo laboral, con consecuencias tanto para los empleados como para las empresas”. Es por eso que las últimas están contratando los servicios de detectives privados, y según datos de Cinco Días la investigación de bajas fraudulentas suponen ya el 90% del trabajo de los detectives privados.
Los trabajadores tienen derecho a solicitar baja laboral en casos de enfermedad o incapacidad temporal, pero esto "no debe ser utilizado de manera fraudulenta. Lamentablemente, existen casos en los que algunos trabajadores se aprovechan de esta situación y simulan enfermedades o accidentes para evitar asistir al trabajo mientras continúan recibiendo su remuneración, o incluso para llevar a cabo actividades paralelas", explicaban en Cibergy. Es decir, la empresa puede investigarlo si cree que existe fraude.
No todas las bajas que se tienen en verano son "bajaciones", pero sí hay un gran absentismo laboral en estas fechas y en ocasiones esas bajas son fingidas y por motivos que quizá se nos pasan por alto y que comienzan con la precariedad laboral.
El motivo por el que las “bajaciones” se han puesto de moda
Seguro que hay quien piensa que de lo de que se haya puesto de moda el término de “bajaciones” es porque hay mucho jeta suelto. Pues lo cierto es que, como explican desde la Universidad UNIR, “el menor de los porcentajes lo representan trabajadores que simplemente fingen estar de baja para no trabajar y cobrar por ello”. El resto cogen estas “bajaciones” por otros motivos.
Las "bajaciones" como castigo para la empresa. “Cómo el jefe siga tratándome así me cojo una baja” o “si la empresa sigue sin pagarme las horas extra me cojo una baja y a ver qué hacen”. Seguro que lo has oído en algún ambiente laboral, especialmente en aquellos con peores condiciones laborales, y es que las "bajaciones" se usan en muchos casos como castigo para una empresa que no cumple con lo que sus trabajadores necesitan, no les pagan, les obligan a hacer horas extra sin remunerar y un largo etcétera de malas prácticas que se amparan en la necesidad de los trabajadores y su imposibilidad en muchos casos de conseguir otro empleo.
El burnout como motivo para las "bajaciones". Al igual que ocurre con la renuncia silenciosa, las malas condiciones laborales pueden llevar a que un trabajador trate de alargar esas vacaciones o que finja cogerse una baja solo para poder descansar, mental y físicamente. En parte por el estrés del trabajo y la ansiedad laboral, en parte por la imposibilidad de desconectar en el trabajo y en parte porque seguimos teniendo una cultural laboral tóxica que nos exige más y más. Para muchos, la única solución para conseguir algo de tiempo libre son las "bajaciones", y cuando hay burnout de por medio no es de extrañar que busquen esa baja.
La OMS sabe de la importancia de la salud mental en el trabajo y por eso en su ‘Proyecto de estrategia mundial de la OMS sobre salud, medio ambiente y cambio climático’ y el ‘Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030 de la OMS’ pone de relieve los principios, los objetivos y las estrategias de implementación relevantes para permitir una buena salud mental en el lugar de trabajo, lo que incluye responder a determinantes sociales de la salud mental tales como las condiciones de vida y de trabajo. Los jefes saben que los trabajadores necesitan mejores condiciones de trabajo, para evitar la fuga de talentos, pero se les olvida que que también necesitan buenas condiciones de trabajo porque son seres humanos con derechos. Sin esas condiciones adecuadas de trabajo la pregunta quizá es cómo los trabajadores no van a optar por este tipo de soluciones que aunque deshonestas, son hasta necesarias en algunos casos.
El dinero, un motivo más para las "bajaciones". Para algunos trabajadores las "bajaciones" se usan para trabajar en un segundo sitio y conseguir así más salario. Pongamos bien en contexto este punto. Vivimos en una sociedad en la que, especialmente para la generación Z, resulta imposible emanciparse y por eso se pone de moda el coliving. El importe de la cesta de la compra ha subido entre un 8% y un 17% en 2024 debido a la inflación, según el último informe de la OCU, pero casi la mitad de los jóvenes españoles menores de 25 años cobran salarios inferiores a 1.252,7 euros brutos al mes según datos de la encuesta de población activa (EPA) del INE. El 63% de los hogares españoles tiene dificultades para llegar a fin de mes, según el índice de Solvencia Familiar de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), y en 1 de cada 10 hogares es muy difícil pagar la comida. Por eso hay personas cogiéndose bajas en su trabajo para trabajar en otros sitios y cobrar en B (otro día hablamos de la economía sumergida de este país porque tiene tela). Más que "bajaciones" en este caso son “trababajas”.
De nuevo usamos este tipo de términos para encubrir, tapar y señalar con el dedo más a las víctimas que a los problemas reales que llevan a los trabajadores en muchos casos a esto porque recordemos que quien lo hace por motivaciones egoístas son los menos.
Tal vez en lugar de señalar a los culpables o ponernos a juzgar a quien se ve, de alguna forma, forzado a ello, la solución pase por crear un entorno de trabajo donde los empleados se sientan valorados, respetados y motivados. Y sí, también pasa porque se conozca de verdad cuáles son las consecuencias de este tipo de fraudes que van desde multas económicas hasta la rescisión del contrato laboral.
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