Podría hablarte de la historia de superación de un joven con un objetivo en mente que dejó la universidad para centrarte en su proyecto y terminó convertido en uno de los hombres más ricos del mundo y una de las personas más influyentes. También podría contarte que era un visionario que se adelantó 40 años prediciendo cómo sería la inteligencia artificial de 2024, o que era tan resiliente y estaba tan enfocado al crecimiento que una de sus frases menos conocidas y más impactantes fue "Todo proyecto necesita una crisis y tenemos que aprovecharla", pero hoy vamos a simplificarlo.
No es que vayamos a hablarte del lema de “Make it simple” que hizo de Apple lo que es hoy en día. Vamos a hablarte del consejo que Steve Jobs siguió siempre y que es el sencillo truco que le llevó al éxito. Y fue cortesía de su padre.
Haz las cosas bien y con detalle, aunque nadie más lo vea
Walter Isaacsib, biógrafo, realizó más de 40 entrevistas a Jobs para su libro, “Steve Jobs”. Antes de convertirse en el hombre de éxito que fue, Steve fue un niño de clase media que creció en California, criado por sus padres adoptivos Paul y Clara Jobs. Su padre tuvo un gran impacto en la vida de Jobs. Tal y como explicaba Isaacsib al programa ‘60 Minutes’ de CBS en 2011, “Paul Jobs era un hombre sencillo y un gran mecánico, y le enseñó a su hijo Steve a hacer grandes cosas”.
El consejo que Jobs siguió siempre en su carrera se lo dió su padre cuando le enseñó a construir una valla alrededor de su casa en Mountain View. Según explica Isaacson en el programa, Jobs ayudó a su padre a construir una cerca alrededor de su casa y mientras trabajaba, Paul le dio un consejo: “Tienes que hacer que la parte trasera de la cerca, que nadie verá, sea tan bonita como la parte delantera. Aunque nadie la vea, lo sabrás, y eso demostrará que estás dedicado a hacer algo perfecto”. Es decir, esfuérzate hagas lo que hagas y presta atención a los detalles, aunque nadie vaya a verlos.
En la construcción, Paul le enseñó a prestar atención a los detalles, una mentalidad que impuso en Apple. No se trataba de impresionar a los demás, sino de hacerse cargo de la calidad del producto que hacía, de hacer las cosas bien. En Apple, Jobs se aseguraba de que cada detalle fuera de la más alta calidad, escribió Isaacson en la biografía de Steve Jobs. Insistía en que el interior de los microchips era bonito y que cada tornillo, hasta los de interior, tenían un revestimiento de la mejor calidad.
“Cuando eres un carpintero que fabrica una bonita cómoda, no vas a utilizar un trozo de madera contrachapada en la parte trasera, aunque esté orientada hacia la pared y nadie la vea nunca”, dijo Jobs a Playboy en 1985. “Sabrás que está ahí, así que vas a utilizar un bonito trozo de madera en la parte trasera. Para que puedas dormir bien por la noche, la estética, la calidad, tienen que estar presentes en todo momento”. Esto consiguió marcar una diferencia abismal con sus competidores en esa época, y popularizó sus productos aún más.
Ese consejo que Jobs aprendió de su padre y que es un mantra para Apple, es algo que si queremos conseguir nuestros objetivos y estar orgullosos de ellos, deberíamos seguir. Esforzarnos por hacer las cosas bien y por cuidar los detalles, incluso cuando más va a verlos, nos dará la cerceta de que estamos haciendo las cosas bien y eso nos motivará a seguir adelante. Pero cuidado, que tampoco se trata de que nos convirtamos en personas tan perfeccionistas que terminemos siendo unos tiranos de nuestro propio proyecto. Se trata de que lo hagas tan bien que puedas sentir orgullo por tu trabajo y satisfacción por lo que estás haciendo.
Fotos | Julian Hochgesang en Unsplash, Md Mahdi en Unsplash
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