Claudia llevaba cinco años en una empresa. Era el trabajo de sus sueños. Hacía lo que más le gustaba, y aquello para lo que durante muchos años se había preparado estudiando y formándose. Se levantaba feliz por ir al trabajo, sin necesidad de frases motivadoras o libros de psicología positiva. Pero algo cambió cuando a su jefa la despidieron.
Entró a trabajar una persona nueva. Al principio todo parecía normal, pero poco a poco, Claudia empezó a sufrir los estragos de un nuevo jefe exigente, déspota y que comenzó a relacionarse con ella de una forma pasivo-agresiva. Cada día era un infierno. Contestaciones fuera de tono, negativas a sus derechos como trabajadora, cambios de funciones sin explicación, ostracismo, bromas pesadas, acusaciones falsas, comentarios sobre su aspecto.
Claudia sentía cada día que no valía para el trabajo que unos meses antes, sabía hacer. No era el síndrome del impostor llamando a su puerta. Era bossing. Y le afectó hasta tal punto que decidió dejar el trabajo de sus sueños.
Qué es el bossing
Cuando hablamos de acoso laboral o mobbing, lo hacemos de un fenómeno que tiene lugar en el trabajo, y en el que un individuo o varios ejercen violencia psicológica de manera sistemática y repetida sobre otro individuo o individuos, durante un periodo de tiempo prolongado. Este acoso puede venir de compañeros de trabajo, subordinados o como en el caso del bossing, de superiores.
El bossing es un tipo de mobbing practicado por una autoridad jerárquica en el lugar de trabajo (un jefe) que aprovecha su situación de poder para hostigar a un empleado que tiene al mando.Se le conoce también como mobbing vertical, y puede comenzar de una forma sutil y gradual, como en el caso de Claudia, o darse ya en el primer contacto laboral.
Tal y como nos explicaba Sonia R. Muriel, directora de Recursos Humanos en Puleva, es importante que sepamos identificar la diferencia entre acoso y un conflicto interpersonal pasajero y localizado. "El acoso psicológico o mobbing es el hostigamiento de manera sistemática y prolongada en el tiempo en el ámbito laboral y sobrepasa claramente los límites de un conflicto interpersonal ordinario, puesto que puede causar daños graves en la salud".
Los efectos del acoso laboral
Cuanto más persista la situación de acoso, peor es el malestar que se genera. Son numerosos los estudios que han documentado los efectos del acoso laboral en la salud mental y emocional del empleado. Por ejemplo, este estudio de Einarsen y Skogstad (2019) demostró que las personas que experimentan acoso laboral tienen mayores niveles de estrés, ansiedad, depresión y agotamiento emocional.
Ese desajuste del bienestar psicológico también tiene efectos directos en el trabajo. Este estudio de Nielsen et al. reveló que las víctimas son más propensas a tener dificultades para concentrarse en sus actividades diarias, lo que conduce a una menor eficiencia y calidad en el trabajo realizado. También se produce una disminución de la concentración, la creatividad y la capacidad de resolución de problemas.
Y no solo afecta a quien lo sufre de manera directa. Según este estudio de Escartín et al. (2019) el acoso laboral puede romper la confianza entre los empleados, dificultar la comunicación y debilitar la cooperación. El trabajo en equipo, por lo tanto, también se resiente.
Cómo identificar el acoso
Tal y como explica la Guía de Prácticas Laborales de la aseguradora Hiscox, el acoso puede detectarse por parte de la víctima porque sufra algunos de los síntomas más comunes, como apatía o falta de iniciativa, depresión o bajo estado de ánimo, problemas musculares, inseguridad o dolores de espalda y musculares por ponerte algunos ejemplos.
La persona que acosa tiene algunos comportamientos identificables durante el acoso y que van desde manipular la información no dejándole comunicarse con sus compañeros de trabajo hasta sobrecargar de trabajo al empleado con el fin de que no pueda llegar a hacerlo y desacreditarle pasando por poner trabas a su desarrollo profesional o asignarles trabajos que sean muy inferiores a sus competencias o capacidades.
Qué hacer si sufro acoso en el trabajo
Tal vez te suenen términos como el despido silencioso. Esa técnica normalmente va acompañada de acoso laboral por parte de los jefes con la intención de que el empleado se marche. Pero también puede ser que esté acosando porque ese jefe tiene las mismas capacidades de liderazgo que una acelga, o que cree que presionando de esa manera demuestra a su empleado lo imprescindible que le parece. O tal vez estés ante un misógino o una persona con rasgos narcisistas o simplemente, alguien con falta de empatía.
No es algo aislado. Por desgracia, el 15% de los trabajadores en España sufren acoso laboral según informa la Asociación contra el Acoso Psicológico y Moral en el Trabajo. Y no es algo que debas dejar pasar, porque supone una vulneración del derecho a la integridad física y a la dignidad personal y profesional del trabajador de la Constitución Española.
Si detectas que estás ante esta situación, lo primero es tal y como decíamos antes, identificar si es algo continuado en el tiempo. Solo hablaríamos de acoso y si se prolonga en el tiempo, no si es un conflicto puntual. Una vez tengamos eso claro, averigua si en tu empresa existe un protocolo de actuación para casos de violencia o acoso laboral.
Lo siguiente que puedes hacer es informar al representante de tu sector laboral y al Comité de Seguridad y Salud de la empresa si existe, así como al departamento de Recursos Humanos. A día de hoy, estas vías suelen ser la solución, ya que existe más concienciación sobre el acoso que hace unos años.
Si eso no funcionara, y tal y como explican en Psicolegalmente, existen tres vías que la víctima puede tomar según la jurisdicción: social, administrativa y penal. Puedes consultar cómo hacerlo en el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.
Un último consejo: si puedes, aporta todas las pruebas que tengas, como emails, whatsapps o incluso el testimonio de compañeros de trabajo. Tal vez así, lo que le pasó a Claudia no te ocurra a ti, y no tengas que renunciar a un trabajo que te gusta porque estés sufriendo bossing. La solución lógica sería que despidan al maltratador, o que la víctima tenga que irse para librarse de él.
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