Todos siempre hemos preferido una verdad que duela a mentiras que consuelen y hay personas que llevan esto a raja tabla: cuentan todo siempre aunque te duela sin cortarse ni un pelo. A pesar de que ser honesto siempre es algo necesario, no siempre sienta bien y en ocasiones debemos callarnos algunas opiniones o detalles no necesarias en el momento.
El Sincericidio es todo lo que engloba a las personas tremendamente sinceras que hablan sin tapujos. La sinceridad al fin y al cabo es vivir tu vida en base a tus valores, de forma real, poder hablar con asertividad de aquellas cosas en las que no coincides pero el concepto de sincericicio aunque todavía no está registrado, engloba al comportamiento habitual de matar con palabras sin empatía ni pensar en cómo le puede afectar a la otra persona.
Hay muchas formas de saber si eres sincericida o no y hay algunas ocasiones que propone en Upeka la colaboradora Raquel Mascaraque que nos pueden ayudar a diferenciar ambos conceptos:
1.Dejar de tener sentimientos por nuestra pareja
Puede ocurrir que tras varios años, nuestra pareja deje de gustarnos y no estemos igual que como al principio de la relación e incluso te puede empezar a gustar otra persona pero no sabes cómo abordarlo. El comportamiento del sincericidio se trataría de decirle a tu pareja que te gusta otro por su físico o por un motivo sin filtro olvidando por completo que podemos herir su corazón y sinceridad sería hablarlo de forma normal sin dar tantos detalles evitando el sufrimiento.
2.Mi amiga canta fatal
En cada grupo de amigos hay alguien que se cree Beyoncé pero realmente no tiene tan buena voz y siempre quieren aspirar a una carrera profesional como cantante. En este caso podemos desde la sinceridad animarle a ir a clases de canto, a concursar a un programa para que el jurado le diga la realidad pero los sincericidas le dirían a la cara que su voz es horrible y acabarían con sus ilusiones.
3.Una mala experiencia culinaria
Una invitación a comer jamás se rechaza y cuando alguien de nuestro círculo cocina para nosotros, es imposible decir que no pero no todo el mundo tiene buena mano como chef. La psicóloga Silvia Congost recomienda hacer la técnica del Sándwich: primero agradeces el gesto, segundo le dices la verdad con algún consejo y tercero vuelves a agradecer por el detalle, algo que sin duda el sincericidio le escupiría toda la verdad sin tapujos.
4.El fútbol no es el fuerte de tu hij@
Animar a nuestros hijos a hacer deporte es fundamental para mantenerlos sanos pero no todas las disciplinas son aptas para cada persona y siempre tendemos a apuntarlos a fútbol sin mirar otros deportes. Si ves que tu pequeñ@ no es muy bueno, puedes animarle a mejorar o a probar otros deportes sin decirle que no puede hacerlo ya que eso le hundirá para toda su vida.
5.Un intruso en el trabajo
Si a ti exponer un proyecto en el trabajo no te pone nervioso, imagínate si ves que tu compañera que va a hacerlo tiene un moco. Decírselo de forma privada desde la sinceridad le demostrará que puede confiar en ti e incluso os puede acercar pero en cambio si se lo dices delante de todos, puede sentirse humillada y tener cierto rechazo por tu culpa.
Sin duda la frase de Andrés Maurois le va como anillo al dedo a este tema: "La sinceridad no es decir siempre lo que piensas, sino no decir nunca lo contrario a aquello que piensas"
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