Corea del Sur aún es un destino algo desconocido dentro de Asia. Entre el hype del Sudeste Asiático y la magia de Japón, este pequeño país al este de China puede pasar desapercibido. Pero no debería, porque sus ciudades futuristas contrastan con sus pueblos tradicionales y sus montañas y playas subtropicales, asegurando un viaje inolvidable resumido en 11 lugares.
Seúl
La gran capital coreana tiene poco que envidiar a Tokio u Hong Kong. Luces de neón, mercados, cafés extraños y comida callejera y la ajetreada vida de una gran urbe asiática al alcance de tu mano, con precios ridículamente más bajos que los japoneses pero todo el encanto de esa atmósfera nipona llena de contrastes.
Disfruta de la naturaleza en el jardín secreto del Palacio Changdeok, descubre Seúl desde las alturas en Lotte World Tower Seul Sky y compra toda la cosmética coreana que te entre en la maleta en su céntrica Myeong-dong, como la Gran Vía madrileña. No olvides que la cosmética de allí es la más deseada del mundo, así que aprovecha para hacer buen acopio.
Por supuesto, no podemos marcharnos de Seúl sin pasar por el barrio de Gangnam, archifamoso gracias a la popular canción. Prueba toda la comida coreana que puedas y déjate sorprender en el Trick Eye Museum de realidad aumentada. ¡Y no te asustes! En Corea hacen atracciones de todo, desde un parque temático abandonado hasta un museo dedicado a la caca. Así que aprovecha para sacar tu lado más friki sin control alguno.
DMZ
La DMZ es la Zona Desmilitarizada que separa las dos Coreas. Actualmente, ambos países se encuentran en tregua sin una paz oficial firmada. Por eso, la frontera entre el Norte y el Sur está marcada como territorio neutral, con un espacio llamado JSA (Joint Security Area) ocupado por Estados Unidos y Corea del Sur.
Si te gusta la historia moderna, o si quieres acercarte lo máximo posible a Corea del Norte, hay tours cerrados que se encargan. Con ellos podrás ver el túnel excavado por el Norte para ocupar el Sur, el observatorio Dora desde el que ver Corea del Norte, el DMZ Exhibition Hall, el Puente sin Retorno que comunica ambos países y hasta pisar suelo norcoreano.
Eso sí, tiene que ser en tour cerrado porque se requiere escolta militar. Los hay más baratos, aquellos que no cruzan a la JSA; o más caros para vivir toda la experiencia.
Pocheon Art Valley
Al norte de Seúl se encuentra la ciudad de Pocheon, a la que se puede llegar en autobús. Allí hay una antigua cantera de piedra que el Ayuntamiento ha convertido en espacio natural. Llena de agua, el lago cae desde una cascada de piedra creando un paisaje maravilloso. Puedes subir a lo más alto en un simpático monorrail para bajar después dando un paseo.
Herb Island
Esta es una de las escenas más particulares que se puede encontrar en Corea del Sur. Porque a medio camino entre Seúl y Pocheon hay una aldea agrícola llena de magia. Cada día al caer la noche se ilumina de mil colores como si fuera Navidad, haciendo un espectáculo de luces conocido como Herb Island Light Festival.
Jeonju
Corea no es solo luces de neón y multitudes paseando por mercadillos de comida al aire libre. La historia se palpa en cada esquina de sus ciudades, pero si quieres una inmersión total no puedes dejar pasar la oportunidad de visitar Jeonju, uno de sus pueblos nombrados Cittaslow. Porque mantiene sus espacios naturales y sus tradiciones, tanto en su estilo de vida como en su apariencia.
El resultado es un pueblo tradicional coreano auténtico, con los paisanos vestidos con trajes tradicionales y las casas de madera con tejados de teja negra triangulares. Te sentirás como si hubieras viajado en el tiempo, especialmente si te alojas en su Hanok Village. Eso sí, olvídate de que nadie hable inglés.
Gyeongju
Esta es la capital del antiguo reino de la dinastía Silla, centro del reino durante casi 1000 años. Este lugar está repleto de tesoros históricos, desde tumbas gigantes construidas bajo falsas colinas hasta templos de la edad de oro budista. Imposible dejar pasar el Templo Bulguksa, la aldea tradicional de Yandong o el Monte Namsan. Hasta se puede recorrer en bicicleta, haciendo la visita mucho más idílica.
Seoraksan National Park
Si buscas cambiar un poco el chip y pasar de las grandes metrópolis de Corea del Sur a la naturaleza más salvaje, este parque nacional está entre los más bonitos del mundo. Seoraksan National Park es un espacio virgen al este de Corea, repleto de montañas escarpadas y paseos, desde los que se pueden admirar las vistas más espectaculares. Puedes ascender en teleférico, visitar el templo de Sinheungsa en mitad de la montaña y la gran estatua del Budha Jwabul.
Suwon
A 30 kilómetros al sur de Seúl está la ciudad de Suwon, que podría pasar desapercibida para el ojo viajero si no fuera por su fortaleza, patrimonio universal de la UNESCO. Es la única ciudad amurallada completa que queda en el país, con muros de piedra, patios y edificios tradicionales coreanos. Eso sí, hoy en día la ciudad ha crecido tanto que las murallas de Hwaseong solo cercan el casco histórico de este pintoresco emplazamiento.
Andong
Este pueblo tradicional coreano sigue el mismo estilo que el de Gyeongju, con familias que llevan habitando la zona más de 600 años y mantienen las costumbres de la cultura confuciana. Rodeado de parajes naturales, el Hahoe Folk Village (pueblo tradicional) de Andong está repleto de casas bajas con tejados de paja. Es tan diferente, antiguo y tradicional que ha sido nombrado patrimonio cultural de la UNESCO.
Busán
Busán es la versión costera de Seúl. Una gran ciudad al sur de la península de Corea que constituye el gran puerto de entrada al país. Y está repleta de rascacielos, con los grandes almacenes más grandes del mundo. Pero también tiene Gamcheon Culture Village, un barrio de casitas de colores, calas naturales maravillosas y hasta un templo budista a la orilla del mar, el imponente Haedong Yonggungsa. Desde luego, merece estar en nuestra lista de viaje coreana.
Jeju Island
La llaman el Hawái de Asia. Y es que esta isla subtropical al sur de Corea del Sur está construida en torno a un antiguo volcán todo cubierto de vegetación. Allí podemos encontrar el parque nacional Hallasan, con la montaña más alta de Corea. Pero también podemos recorrer antiguos túneles de lava, disfrutar de comida costera, descubrir a las famosas mujeres buceadoras de Jeju e incluso visitar Loveland, un parque temático sexual en el que todo tiene forma de pene. Porque así es Corea, un país de contrastes con sorpresas en cada esquina.
Fotos | Unsplash, @ynd239.20_cafe, @racoonamatata_busan, Diario del Viajero.
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