Junto al río Mundo, en la provincia de Albacete, se abre paso uno de los enclaves más hermosos y menos conocidos de toda la geografía española. Aunque, también, de los más curiosos ya que es conocido como "el pueblo de las momias incorruptas". Y es que la villa de Liétor es un buen ejemplo de cómo Castilla La Mancha esconde pueblos fascinantes que han conseguido pasar desapercibidos para el turismo todo este tiempo.
Colgando a 100 metros sobre la hoz del rio Mundo, el paisaje de Liétor impresiona con sus cimientos excavados en la roca y unas casas que se asoman al vacío sobre el río. De hecho, antaño solo tuvo muralla por la parte opuesta al río, ya que el acantilado y el Mundo hacen las veces defensa y foso natural.
Siendo así no es de extrañar que esté considerado uno de los pueblos más bonitos de Albacete. Aunque no solo su emplazamiento natural es de indudable belleza. Su pasado musulmán ha configurado una villa con un trazado de calles estrechas y empinadas. Además, ha acumulado un abundante patrimonio histórico-artístico, especialmente desde 1242, tras la reconquista, cuando Fernando III donó la Villa a la Orden de Santiago.
En el conocido como "barrio morisco" se ubican tres miradores imprescindibles para entender en conjunto este lugar. Además, por la pasarela del llamado Mirador del Pilancón se puede acceder a las Cuevas del Pilancón, desde donde se divisa el valle y la presa de Peña Bermeja, que acumula el agua con la que se riegan los bancales.
Paseando por el casco viejo de Liétor también llaman la atención las diversas casas señoriales con fachadas blasonadas, como la de los Tovarra, Belmonte, Galera o Rodríguez de Escobar. No obstante, tres son los monumentos inexcusables durante una visita:
En primer lugar, la parroquia de Santiago Apóstol, un templo sobrio de contenido barroco con miras ya al neoclasicismo. A destacar el retablo barroco de la capilla del Espino y la cúpula que la cubre. Después, el antiguo convento de frailes carmelitas de San Juan de la Cruz, con su ineludible claustro de decoración pintada. Y, por último, la ermita de Belén, declarada Monumento Histórico Artístico, cuyos murales coloristas están considerados la mejor colección de pintura popular del siglo XVIII a nivel nacional.
Además, esta bonita localidad serrana manchega fue uno de los pueblos protagonistas de la película de culto 'Amanece que no es poco', de José Luis Cuerda,. De hecho, existe una ruta que da a conocer los escenarios y localizaciones reales de Albacete y la Sierra del Segura donde fue rodada.
No obstante, si hay un punto especialmente curioso en Liétor, este se encuentra en el convento de San Juan de la Cruz. En especial, bajo los suelos de su Altar Mayor, donde se esconde la cripta con las momias incorruptas de Liétor. Cuerpos de 200 años de antigüedad en un excelente estado de conservación y sus ropajes originales.
Foto de portada | Liétor Turismo
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