Stella McCartney presenta para este otoño/invierno la nueva colección de zapatos para mujer. La hija del ex Beatle, cuenta con los contactos, la publicidad y el dinero necesario para conseguir situar su línea entre las más solicitadas por muchas, pese a que en muchos casos sus diseños sean bastante 'peculiares'.
Para esta ocasión, McCartney no acierta en una línea que está dominada por altibajos, no ya en el tacón, sino en los diseños, donde vemos alguna propuesta interesante, pero el resto son arriesgadas piezas que decorarían mejor un escaparate minimalista de una tienda que los pies de alguien por la calle.
De los pares mejor conseguidos, la sandalia que aparece en la imagen a la derecha, con una mezcla de materiales que consiguen una interesante unión, sobre todo el brillo del charol junto con la madera. Pero tiene inconvenientes este par: en invierno nadie se pone sandalias para la calle normal y corriente, en una fiesta podrán verse pero son días muy contados. También hay que ver el elevado tacón, no apto para muchas ni del gusto de otras tantas. El par de la izquierda le sobran los calificativos.
Como segundo acierto, estos tres pares de botas altas, tanto que las dos de la derecha llegan fácilmente a la rodilla, dejando al par de la izquierda una medida más disimulada por suerte. Los materiales van desde el ante hasta el cuero. Tenemos la opción de preferir el tacón fino y alto de la derecha o más moderado de la bota central. Aquí acierta con tres diseños clásicos y habituales, así que el logro es menor.
Pero se valora mucho más ya que si se ve el par de la izquierda de la imagen, volvemos a encontrarnos con una propuesta estridente, mezcla de zueco holandés típico, con zapato de lujo, y el detalle de la parte alta lo encumbra a ser una propuesta sólo apta para outsiders de todo tipo. En cambio, la bota alta de la derecha es de lo mejor de su línea, con las hebillas bien distribuidas y un tacón más disimulado.
Por último, la cara y la cruz de la colección. Un zapato con forma de zueco que aún me estoy intentando imaginar en un look de cualquier tipo, y por otro lado, un botín que a mí me ha encandilado. De nuevo las hebillas, esta vez en más gruesas, y con un empeine bien conseguido.
La colección oscila entre altos precios, de 645 a 1,195.00 dólares. Sólo apta para carteras que puedan asumir un gasto elevado y que a su vez, se arriesguen con ciertos diseños. A mí no me convence demasiado salvo las contadas propuestas que ya he comentado, en calzado no suelo ver a Stella McCartney como diseñadora a seguir.
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