Puede que esto os haya pasado: miráis la etiqueta de algún producto cosmético y en medio de palabras ininteligibles, leéis castor oil. Entonces os preguntáis, ¿será que es de castor? Afortunadamente la respuesta es no, no está fabricado a base de castores, para felicidad del precioso animal de la imagen principal.
Este es un caso de falso amigo, es decir, dos palabras que se pronuncian muy parecidas en dos idiomas, pero que significan cosas diferentes. En inglés, castor se dice beaver, de modo que castor oil no es aceite de castor. En realidad es aceite de ricino, fabricado a partir de las semillas de la planta del mismo nombre, las que podéis ver luego del salto. Este aceite vegetal tiene múltiples propiedades y es usado como purgante, antimicótico, biodiesel, lubricante, entre otras cosas, aunque es famoso por su mal sabor.
Es posible que toda esta confusión provenga del uso del aceite de ricino como reemplazo del castóreo o castoreum, una sustancia oleosa que es usada en perfumería por su capacidad de fijar las fragancias y que sí se fabrica usando castores, a partir de sus glándulas perineales secas.
Aunque el uso de castóreo va disminuyendo, aún se le utiliza en algunos perfumes para dar una nota de olor a cuero, de modo que si os preocupa el uso de productos animales en cosmética, buscad castoreum y no castor oil.
Imagen | Stevehdc, Departamento de Agricultura EEUU En Arrebatadora | Aceite de ricino para fortalecer las uñas, Aceite de ricino contra las legañas persistentes