Uno de los últimos lanzamientos con los que nos ha sorprendido Yves Saint Laurent es el Baby Doll Kiss and Blush, un producto multiusos que siempre viene bien tener a mano en nuestro neceser ya que vale tanto para labios como para mejillas.
Por su forma bien podría ser un esmalte de uñas pero no, es un labial y colorete, cada vez más las marcas apuestan por los productos 2 en 1, pero... ¿nos gusta para las diferentes zonas por igual?
El tono que yo tengo es el número 10, a primera vista no es el más atractivo, sobre todo viendo los rosas, corales o rojos que encontramos en esta línea, pero como veremos más adelante las apariencias engañan. Este tono en concreto es como un teja intenso con minúsculas iridiscencias doradas que para apreciarlas hay que mirar cuidadosamente a la luz del sol.
Aplicación y textura
Viene con un aplicador en esponjita en forma de flecha para que la punta del aplicador ayude en la precisión. No está nada mal pero si quiero mucha definición en los bordes termino pasando un pincelito y si lo que deseo es un ligero toque en los labios me lo aplico con los dedos, así que a la larga su diseño tampoco acaba siendo tan esencial.
La textura del producto la podríamos definir como una semi-mousse, sedosa, empolvada y aterciopelada, se desliza sin dificultad y se fija bien, al menos en mi piel un tanto seca.
Volviendo al tono, esa concentración de color que se observa através del frasquito y que no se ve demasiado atractivo no es lo que luego observamos sobre la piel, porque una vez que aplicamos el producto y lo extendemos la tonalidad ya no es igual, se transforma en un teja menos intenso mucho más rosado y bonito, difícil de definir pero muy especial.
Resultado en labios
Los labios se encienden como si fuesen los de Maria Antonieta, la frescura es inmediata, se ven preciosos, la textura es suave y los labios se sienten hidratados.
Resultado en mejillas
Sobre las mejillas el tono es muy sensual, si deseamos que sea natural solo hay que aplicar una pequeña cantidad e ir intensificándolo si queremos que se vea más. El resultado final es aterciopelado y mate, a diferencia de otros blush en crema no proporciona ese toque glow pero también me gusta ya que no siempre buscamos el mismo acabado o efecto.
Si tuviera que elegir para que parte me gusta más no podría decidirme, me gusta en las dos partes incluso a la vez, me siento como una dama del siglo XVIII, sobre todo con mi piel blanca.
Su precio es de 40 euros, todo un caprichazo no lo vamos a negar, de esos que de vez en cuando nos tenemos que dar y más si os habéis enamorado de alguna tonalidad.
¿Los habéis probado?
El producto fue facilitado para la prueba por YSL. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas para más información.
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