Loewe acaba de presentar Loewe 001, su nueva línea de perfumes, y la primera desde la llegada de Jonathan Anderson a la dirección artística de la marca en el 2013.
Compuesta por dos fragancias complementarias que pueden ser fusionadas para crear una tercera, la colección se ha inspirado en “la mañana siguiente” procurando interpretar las nociones de pureza y las promesas inciertas asociadas a las horas que siguen después de la primera relación entre dos personas.
El resultado: una fragancia femenina con notas de salida de mandarina y bergamota con un corazón de madera de sándalo y de jazmín sobre un fondo avainillado. Mientras que la fragancia masculina se distingue por ser un almizcle amaderado cuyas notas de corazón son el ciprés, el sándalo, el vetiver, el cedro y las semillas de zanahorias sobre un fondo de violeta y de hojas de pachulí.
Dos fragancias, que no podrían existir la una sin la otra. Únicas, diferentes y destinadas a un hombre y a una mujer cuyas esencias son perfectamente complementarias. Representan la sensorialidad de un carácter que es a la vez nuevo pero reconocible, atemporal y espontáneo.
Ambas fragancias van custodiadas por un frasco de cristal de líneas depuradas, con el único adorno de un tapón realizado en madera. En cuanto al packaging, los responsables de la firma se han decantado por las fotografias de formas vegetales de Karl Blossfeldt - un fotógrafo alemán pertenenciente a la llamada Nueva Objetividad.
Unas fotografías en blanco y negro que, a pesar de haber sido realizadas en 1932 (poco antes de morir), resultan extremadamente modernas, y que pertenecen a un libro al que tituló "Wundergaten der Natur" que traducido significa El jardín maravilloso de la naturaleza.
Como preámbulo de este importante lanzamiento, los escaparates del flagship que la firma tienen en la céntrica calle de Serrano en Madrid, se han cubierto con unas lonas donde se puede ver estampados los frascos de cristal de las fragancias masculinas y femeninas, y las fotografias de Blossfeldt.
Un guiño muy acertado ya que Karl utilizaba sus fotografías como obras de arte autónomas, proyectándolas sobre las paredes agrandando su escala. Así que su espíritu ha sido respetado hasta el extremo, ya que estas imágenes botánicas fueron estampadas en algunas prendas de la colección prêt-à-porter primavera-verano 2016. La idea era capturar las formas naturales de las prendas a través de la lente del arte.
De esta forma, Anderson ha logrado conectar como si fuese un alquimista el arte, con la ciencia y la artesanía, para así destilar la esencia de lo que realmente es Loewe, una casa fundada hace 170 años pero cimentada en el arte moderno y en la pureza creativa. ¡Me encanta!
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