Por todas las medidas higiénicas que hay que llevar, ya sabemos que tener un piercing no es fácil. Tocar el piercing o la zona que le rodea con las manos sucias, rozar la zona con cualquier cosa o entrar en saunas y piscinas cuando la perforación está cicatrizando, son algunas de las cosas que ya nos comentó Sergio que no se debían hacer, o por lo menos, evitar cuando se lleva puesto un piercing. Pero aún hay algo más, cuidado y no te quemes con el piercing.
Las bajas temperaturas del invierno, inciden negativamente en los piercings ya que éstos suelen ser de metal y el metal un buen conductor de temperatura. Cuando ese frio pasa a través del piercing, llega al área que le rodea enfriándola y obstruyendo la circulación de la sangre.
Después de que el tejido que rodea la perforación se ha enfriado, la piel se pega al piercing. En ese momento, si se intenta quitar el piercing, la piel puede que salga detrás, produciéndose una pequeña quemadura por congelación, sobre todo en las zonas más sensibles.
De momento, en España no tenemos porqué alarmarnos. Aquí es difícil que nos encontremos con algún caso de quemadura por congelación en la zona del piercing porque aquí las temperaturas no son demasiado extremas, aunque cuando la temperatura baja de 0 ºC hay que estar alerta. Pero, en paises como Alemania donde han llegado este invierno a los -26 ºC, más vale tenerlo en cuenta que quitar el piercing y llevarse detrás un trocito de piel.
Vía | Femenino
Más información | ADN
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