Charlize Theron es una de las actrices más polivalentes de Hollywood, especialmente si hablamos de transformaciones físicas. Hace ya quince años que la vimos interpretar a la asesina en serie Aileen Wuornos en Monster, un papel que le valió el Oscar a la mejor actriz. Y este mismo año se ha estrenado Tully, la vida de una madre de tres hijos sobrepasada por la maternidad, un trabajo para el cual Charlize tuvo que engordar casi 23 kilos. Y, ahora, por primera vez, la actriz ha hablado sobre cómo vivió ese proceso de transformación física.
La actriz, de 42 años, ha confesado que su salud mental se vio muy resentida por la difícil dieta a la que tuvo que someterse para engordar tanto en poco tiempo:
«Solo quería sentirme como se sentía esa mujer y creo que fue para mí una forma de sentirme más próxima a ella, a su forma de pensar. Fue una gran sorpresa para mí que la depresión me golpeara en la cara con esa fuerza. Sí, por primera vez en mi vida comí muchísima comida procesada y bebí demasiado azúcar. No fue divertido».
La actriz reconoce que al principio se sentía como una niña en una tienda de caramelos, al hacer cosas como desayunar dos batidos en un local de comida rápida, pero que, aproximadamente a las tres semanas, dejó de disfrutarlo:
«De repente, estaba harta de comer toda aquella comida y se convirtió en simplemente trabajo. Tenía que ponerme el despertador a las dos de la mañana para comerme un plato de macarrones fríos. En realidad, más que comerlos, los empujaba garganta abajo. Fue muy duro mantener ese peso».
Pero no solo engordar fue un infierno para Charlize. También, tras el rodaje, perder todo aquel peso. Ella misma ha utilizado esa palabra para definir un proceso, el de volver a su figura habitual, que le llevó un año y medio:
«Estaba preocupada por que me llevara tanto tiempo. Con «Monster», me limité a no picar entre horas durante cinco días y ya estaba. Tu cuerpo a los 27 es bastante diferente que tu cuerpo a los 42, y mi médico se aseguró de que lo entendiera».
Imágenes | Tully.
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