No fue fácil para Felipe dejar de lado a su propia hermana. Cuando estalló en Caso Noós, el esposo de Letizia no tuvo más remedio que apartar a Cristina de su vida. Cualquier vínculo podría poner en riesgo una institución que ya se tambaleaba y las puertas de Zarzuela se cerraron para la infanta. Pasaron años sin que los hermanos pudieran compartir momentos de intimidad, hasta ahora.
Cristina es una mujer divorciada y vive feliz su soltería. Le costó asumir la infidelidad de Urdangarin y pasó dos años negociando el divorcio. El hombre que la engañó solicitaba una fortuna y la infanta se negó en rotundo. Hasta el propio Juan Carlos tuvo que intervenir en las reuniones para poner orden. Finalmente, el acuerdo llegó y Cristina fue libre.
Libre para amar, para salir de su escondite y también para acercarse de nuevo a su hermano. Esta Semana Santa estuvo en Madrid y disfrutó junto a su madre de la procesión del Cristo de los Alabarderos. "Su aparición en la procesión, sonriente y cercana, apuntan a una situación de cierta normalidad", aseguran desde Monarquía Confidencial.
Felipe, Sofía, Juan Carlos y Cristina en el pasado
Además, ha compartido escenario público con Felipe en los últimos meses. Ambos acudieron a la misa funeral de Consantino de Grecia en Londres y podrían encontrarse de nuevo este sábado en la boda de Almeida y Teresa Urquijo. El lunes 8 de abril, también estarán juntos en la ceremonia en recuerdo a su primo, Fernándo Gómez-Acebo, fallecido el pasado 2 de marzo.
Hace unos años, "Felipe VI no podía permitir que su hermana, ni ningún otro miembro de la familia, dañasen a la Corona", pero el ambiente parece haberse relajado. "Lo mismo se aplicó con don Juan Carlos en 2020 cuando se mudó a Abu Dabi", expica una fuente el citado medio.
Fotos | Casa Real
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