La ducha elimina barreras de accesibilidad en el baño y nos hace ganar en sensación de amplitud pero, en contrapunto, vienen con una mampara que se ensucia cada vez que la usamos... Además, es un elemento que se lleva todo el foco de la estancia y cuyo estado afecta a la percepción general de todo el espacio. Lo que significa que no hay excusas, hay que limpiarla con más frecuencia de lo que nos gustaría.
El mayor enemigo de las mamparas es la cal, que deja unas manchas blancas muy antiestéticas. También, los jabones y geles de ducha, que crean una película opaca que es difícil de eliminar. Además, al estar sometida a humedad continua, favorece la proliferación de moho y bacterias (que suelen acumularse en las esquinas inferiores).
No obstante, con la ayuda de los expertos de Decosfera, te contamos cómo puedes hacer tu propio limpiador de mampara en casa con productos comunes, baratos y de forma fácil. No solo es efectiva contra la suciedad sino que también es respetuosa con el medio ambiente.
Ingredientes para crear tu propio limpia cristales
- 120 ml de agua: el disolvente natural por excelencia. Es la base imprescindible en la que diluiremos y se mezclarán los demás ingredientes.
- 60 ml de jabón de lavavajillas: combate la grasa y los residuos de jabón.
- 120 ml de vinagre blanco: un limpiador natural que, gracias a sus propiedades ácidas, es ideal para disolver la cal, las manchas rebeldes y deshacerse de las bacterias.
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Preparación paso a paso
- En primero lugar, calentamos el ligeramente vinagre. Se trata de un pequeño truco para que sea más efectivo. Podemos hacerlo en un cazo o en el microondas durante unos segundos.
- Después, ya podemos mezclar todos los ingredientes en una botella rociadora en el siguiente orden: primero el agua, luego el jabón para platos y, por último, el vinagre caliente. Lo recomendable es ayudarse de un embudo para evitar derrames.
- Por último, agitamos la solución, con la botella bien cerrada, durante unos segundos y asegurándote de que los ingredientes queden bien mezclado.
Modo de empleo
El proceso de aplicación es rápido y fácil. Lo mejor es rociarla generosamente sobre el cristal de la ducha y dejar actuar durante unos minutos en los que la solución vaya disolviendo la suciedad. Transcurrido el tiempo, procederemos a limpiar con una esponja o paño. Una vez eliminada la suciedad, enjuagamos y secamos con un paño, evitando la formación de nuevas marcas.
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