Hay un rincón de la casa que siempre se nos olvida limpiar y del que parece que solo nos acordamos cuando ya llama nuestra atención por lo sucio que está. No es que hacerlo sea algo complicado, simplemente, nos olvidamos de que existen cuando fregamos el suelo, que acapara todo el protagonismo. Y eso que tampoco es una tarea que necesite realizarse cada semana sin falta. Pero, menos aún si conoces este truco con el que los rodapiés dejan de ser un problema.
De normal, para limpiar un rodapiés solo hay que arrodillarse y pasarle un trapo de microfibra mojado. Sin embargo, es todavía mejor aún el resultado si añadimos a la ecuación unas toallitas para secadora, que pueden ser de cualquier marca y tipo. Solo tienes que seguir estos pasos después de haberle quitado el polvo a los rodapiés.
Empezamos cogiendo una toallita de secadora que no hayamos usado (en el caso de que sean de las grandes, podemos cortarla por la mitad). Ahora, con el mismo movimiento que haríamos para quitarle el polvo al rodapiés, le pasamos la toallita por toda la superficie, prestando especial atención a molduras y ranuras.
Además de dejar un aroma muy agradable que perdura por toda la casa después de haber terminado de pasar la toallita, el beneficio se encuentra en la fina película que habrá dejado por toda la superficie del rodapiés y que ayuda a repeler el polvo, pelusas y pelo de los animales.
No es un truco que vaya a evitar volver a tener que limpiar los rodapiés pero sí que ayuda a que la suciedad tarde más en posarse y a que haya menos que limpiar la próxima vez. De hecho, puedes pasar sin volver a tener que hacer esta tarea entre cuatro y seis semanas.
Foto de portada | Thanos Pal
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