Hay ocasiones en las que un hilo de Twitter, apenas un párrafo dividido en pequeñas frases, consigue llegar hasta lo más profundo de un sentimiento universal, de una emoción, o resumir tan bien una situación que miles de personas que lo viven a diario se sienten identificadas con lo que allí se narra.
Es lo que nos ha sucedido con el hilo que ha iniciado en Twitter la usuaria Cronopia donde resume la vida laboral de una mujer cualquiera y cómo la brecha salarial que existe en España se ve incrementada a lo largo de los años, en parte por culpa de la conciliación, para culminar en una diferencia abismal entre la pensión que cobra una mujer y la que cobra un hombre.
No nos hemos inventado la brecha salarial, aunque nos acusen de ello en muchas ocasiones. Existe y está más que argumentada y demostrada con las últimas estadísticas y datos. Por ejemplo, según la Encuesta Anual de Estructura Salarial que recoge el informe Trabajar igual, cobrar igual elaborada por UGT la igualdad salarial sigue estando más lejos de lo que nos gustaría. En algunos casos, estamos hablando hasta de más de un 25% de diferencia por realizar el mismo trabajo.
O, por poner otro ejemplo, según los datos sobre el Mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias publicados por el Ministerio de Hacienda, la diferencia del sueldo medio entre ambos sexos es de más de 4.600 euros: 20.537 para ellos y 15.917 para nosotras. En otras palabras: el salario de una mujer representa el 85,4% del salario del hombre.

Con este punto de partida es fácil entender que sean más mujeres que hombres las que decidan reducir jornada cuando llega el momento de conciliar la vida familiar con la vida laboral. Al fin y al cabo su sueldo es menor y afectará menos a la economía familiar ¿verdad? Así comienza el hilo de la tuitera Cronopia precisamente.
Empiezas a trabajar. Tu sueldo es inferior al de tu pareja. Tenéis un hijo. Te reduces la jornada porque eres la que ganas menos.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Pero renunciar a desarrollar una carrera profesional en las mismas condiciones que los hombres para conciliar también implica que las mujeres que optan por esta opción terminan haciéndose cargo de las tareas del hogar. Es más, según el último barómetro realizado en España por el CIS las mujeres en España siguen siendo las que asumen la mayor parte del trabajo doméstico. Además de cuidar a los niños, fregar, limpiar, comprar o cocinar siguen siendo tareas femeninas. Vamos, nada nuevo, como nos podemos seguir leyendo en el hilo de Cronopia.
Ya que estás más tiempo en casa, te ocupas de las cosas del niño y de las de tu pareja, porque, leches ¡estás más tiempo en casa!
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Como estás más tiempo en casa, él aprovecha para ir haciéndose una carrerita profesional. Tenéis otro hijo. La rutina sigue igual.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
En todos esos años, tu progreso laboral ha sido 0. Mientras, tu pareja ha ascendido gracias en parte a que tú estabas más tiempo en casa.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Trabajar menos horas no solo implica cobrar menos, también que las posibilidades de ascender desaparezcan. En España nos encontramos con que diez empresas del Ibex 35 tienen una o ninguna mujer en sus consejos y que hasta un 33% de las empresas a nivel mundial no tienen presencia femenina en la alta dirección.
Ahora gana aún más dinero que tú, y puede que hasta tenga mejor horario.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Como comenta Cronopia, los hombres siguen ascendiendo en su carrera y alcanzan puestos laborales que no solo aparejan más sueldo, también mas prestigio y ventajas sociales. Por ejemplo, en un estudio realizado por Grant Thornton en 400 empresas españolas de todas las áreas se llega a la conclusión de que la presencia femenina en los altos puestos es tan solo del 26%. Una cifra superior a la de la Eurozona, pero lejos para cumplir los objetivos que Europa se ha marcado para romper con la brecha de género.
Pero ya se ha establecido una dinámica en la que tú dedicas más tiempo a la casa, porque sí, porque hace años que es así, por costumbre.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
También te sigues ocupando más que él de los hijos, porque ya lo tienes todo más por la mano.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Entonces se pone malo el padre de él.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Igual él tendría que dejar el trabajo una temporada, pero fíjate mujer, la pasta que dejaríamos de ganar.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Además, el cargo de él es "importante", la empresa lo formó exclusivamente para ello, NO PUEDE dejarlo.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Te pides una excedencia para cuidar al abuelo.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Durante un par de años, ganas 0 y tu carrera laboral sigue avanzando 0.
Y así van pasando los años: un hijo, otro, un abuelo, un enfermo...
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Esa mayor desigualdad en el reparto de las tareas del hogar no desaparece con el paso del tiempo, cuando los niños se hacen mayores, sino que como vemos en ese mismo barómetro del CIS se reconvierten en otras obligaciones familiares.
Por poner solo un ejemplo, según un estudio realizado por la Fundación ACE-Barcelona Alzheimer Treatment & Research Center con una muestra de 10.000 personas y publicado en la revista 'Journal of Alzheimer's Disease' el 67 % de los cuidadores de enfermos de alzhéimer son mujeres.
Y las cosas de tu marido, que va tan de culo que bastante hace que te echa una mano de vez en cuando.
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
Una brecha salarial sostenida en el tiempo y complicada por la conciliación que tiene como resultado final que las mujeres cobren una pensión hasta un 39,4% menor que la que cobran los hombres, una desigualdad a la que el Parlamento Europeo quiere poner fin, pero también una cifra que se ha incrementado en los últimos años, ya que según el informe The Gender Gap in Pensión in the EU en el año 2013 era del 34% en España. Efectivamente, vamos a peor.
Eso por no mencionar que si además una mujer tiene la mala suerte de divorciarse empezará su nueva vida con más desventajas que su ex pareja, un salario inferior, pero posición laboral, etc.
Tú y tu marido os hacéis mayores y por fin os jubiláis. Y entonces:https://t.co/lEy4hk81P9
— Cronopia (@2Cronopia) 3 de octubre de 2017
La terrible conclusión a la que llegamos después de leer la cadena de tweets de Cronopia y de contrastar sus reflexiones con datos para comprobar que más que de una sensación hablamos de una realidad, es que las mujeres salimos muy baratas: al comienzo de nuestra carrera laboral y al final también.
Fotos| Pexels.com
En Trendencias| Emma Stone habla de la brecha salarial en Hollywood y lo que cuenta nos deja sin palabras. ¡Bien por ellos!
Ver 2 comentarios
2 comentarios
galaelvisyuyi
También hay mujeres que ganan más que sus maridos.
entrelibros
Las menos, y además cuando hay un hijo sigue habiendo poca cultura de reducir el horario el hombre. A lo cual no ayuda que la baja por maternidad/paternidad no sea equitativa. Porque se puede repartir pero luego el pediatra te dice que lo ideal es dar 6 meses el pecho en exclusivo. Lo cual es casi imposible con las bajas habituales.
Personalmente ganaba más que mi marido porque tenía un año más de experiencia. Trabajamos en la misma empresa. Tras el primer hijo, durante mi baja, a él lo ascienden a un puesto que podría haber sido mío. Cuando vuelvo, un cierto tiempo en barbecho. Durante el segundo embarazo, a él lo vuelven a ascender, ahora ya cobra un poco más que yo. Yo sigo en barbecho. Dos años después del segundo parto me empiezan a ofrecer más responsabilidad, me confirman que los embarazos han retrasado mi ascenso pero que no pasa nada, que lo que otros consiguen en 7 años, pues yo simplemente lo he conseguido en 12 por esto. Aún así soy privilegiada porque puedo pagar a una persona que lleve a mis hijos al colegio y guardería y los recoja. Porque si no, alguno de los dos hubiera tenido que coger jornada reducida y eso en cualquiera de los dos casos habría supuesto parón en asumir nuevos puestos. De hecho mi marido con su ascenso no lo habría podido hacer, así que de nuevo tendría que haber sido yo.
Creo que es un ejemplo bastante claro.