Una receta que mezcla jamón y queso es difícil que no guste a la mayoría de la gente. Una muy original, que cumple ambas premisas, son estos canelones de calabacín en los que la hortaliza sustituye las tradicionales láminas de pasta. El resultado es una versión más ligera del clásico plato italiano, pero igual de deliciosa. Y eso que también prescinde de la salsa bechamel. No obstante, gracias al uso del calabacín, el resultado es de lo más jugoso. Son una excelente opción de entrante de un menú completo o una cena original y diferente.
Empezamos laminando el calabacín a lo largo y lo más fino posible. Si tenemos una mandolina, la tarea será muchos más fácil. Si no es el caso, con un cuchillo afilado y paciencia basta. Después, seleccionamos las 12 láminas centrales y las cortamos por la mitad.
El resto del calabacín lo vamos a usar para el relleno, así que lo picamos finamente y, después, hacemos lo mismo con la cebolla. A continuación, calentamos un poco de aceite en una sartén y pochamos la cebolla a fuego suave hasta que quede traslúcida. Agregamos el calabacín picado y continuamos pochando durante unos diez minutos más.
Picamos las lonchas de jamón y las incorporamos a la sartén junto con el queso crema. Removemos hasta obtener una masa homogénea y dejamos atemperar ligeramente antes de montar los canelones.
El siguiente paso es extender una lámina de papel transparente y colocar encima cuatro láminas de calabacín superpuestas. Ponemos un cordón de relleno en uno de los extremos y enrollamos en forma de cilindro ayudándonos del papel. Repetimos la operación con el resto de láminas de calabacín.
Colocamos los cordones en una bandeja de horno, cubierta con papel vegetal, y los cubrimos con un poco de salsa de tomate. Después espolvoreamos queso rallado por encima y, por último, los gratinamos en el horno durante tres o cuatro minutos o hasta que el queso comience a tomar color. Servimos el plato inmediatamente.
Como habéis visto, no hace falta precocer las láminas de calabacín antes de montar los canelones. El tiempo de gratinado al final de la receta es suficiente para que queden al dente. Eso sí, se pueden meter (de forma opcional) 30 segundos en el microondas para reblandecer ligeramente y hacerlos más maleables.
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